martes, 3 de agosto de 2010

#2 Tortellini en crema con pollo y jamón.

Como esta semana tengo lío en casa, la receta de hoy es un plato contundente de pasta de esos que podéis meter en la nevera o incluso congelar y así os olvidais cocinar en tres o cuatro días. Con el ojo puesto en el monedero, que estamos en tiempos de crisis y hay que ahorrar, nada mejor que cocinar una buena cantidad para sacarle jugo a todos los ingredientes (y, como ya os decía, quitarnos de tener que volver a hacer el almuerzo durante unos díitas, que tampoco viene mal del todo).
Así que al lío:

Tortellini al horno en crema con pollo y jamón.



Complejidad: 6/10
Tiempo: 35-40min.
Autor: Rafa

Como os decía, la idea de este plato es que salga abundante para que sea rentable. No es la receta más adecuada para el verano, pero aprovechando el frente frío que dicen que viene del norte le podéis dar una prueba. Además, fría está deliciosa.

Ingredientes: (6-8 personas. Plato único)

-3 paquetes de tortellini de sabores variados (yo utilizo uno de carne, otro de quesos y otro de espinacas y ricotta)
-150grs. de jamón picado.
-Dos pechugas de pollo sin filetear.
-Queso gouda (unas seis lonchas finas)
-Queso mozzarella en lonchas (unas diez lonchas finas)
-Queso parmesano o grana padano (un puñado)
-Tomate tamizado o tomate frito.

Para la crema:
  -Media cebolla pequeña.
  -Una cucharada de mantequilla.
  -400 mg. de crema agria (es difícil de encontrar, lo mejor es usar la nata fresca de tarrina del mercadona, que tiene el mismo sabor agri-picante. Otra opción es usar nata normal y echarle un yoghurt natural graso, o usar directamente una tarrina de queso crema y medio litro de leche).
  -100-150grs. de queso gorgonzola dulce.
  -Un diente ajo.
  -Medio vaso pequeño de vino blanco o un cuarto de vaso de tamaño normal. 50-100 ml. más o menos, para entendernos.
  -Medio limón.
  -Medio vaso de leche (125 ml. más o menos)
  -Un puñado de perejil.
  -Orégano.
  -Una pizca de sal.

Preparación:

Paso 1: La Crema.
-En una olla mediana  A FUEGO LENTO echamos la cucharada de mantequilla, un puñado de orégano para que se tueste y la cebolla cortada en dados lo más pequeños posibles (he puesto media, pero con un cuarto es suficiente). Le echamos un puñado pequeño de sal, lo justo para ayudar a que se poche, y lo dejamos un rato a fuego lento hasta que la cebolla se ponga transparente.
-Una vez trasparente la cebolla, le echamos un buen puñado de perejil picado y el vino blanco. Atentos, porque el olor que pilla la cocina en este momento es acojonante. Entran ganas de echarle unas almejas a la olla y dejarnos de chorradas, pero no liemos las recetas. Dejad las almejas para otro día y seguimos "pa alante".
-Esperamos a que la mantequilla y el vino liguen, convirtiéndose en una deliciosa salsa de aspecto blanquecino, y echamos el queso gorgonzola en trocitos. Lo removemos un poco y echamos la crema agria (si habéis optado por el yoghurt o el queso crema, haced lo mismo).
-Removemos un rato a fuego lento.
-Cuando la crema empiece a coger cuerpo (los ingredientes bien meclados) le echamos la leche. Medio vasito si hemos optado por la crema agria y un vaso y medio si hemos optado por el yoghurt o el queso crema.
-Apagamos el fuego y echamos el jugo de medio limón a temperatura ambiente. Seguimos removiendo hasta que esté todo perfectamente mezclado. Probamos la mezcla con el dedo, por si hubiera que rectificar algo del sabor. La idea es que esté ácido y un poco picante, como un satsiki griego. No os preocupéis si no está salado, de hecho no debe estarlo pues luego el jamón le va a dar ese punto de sal.

Dejamos la salsa a un lado y seguimos con el plato.


Paso 2: La pasta.

Como os he dicho, yo he utilizado tres tipos diferentes de tortellini seco para darle variedad, pero podéis usar el mismo tipo de tortellini, unos raviolli o incluso otro tipo de pasta no rellena, si lo preferís, aunque en ese caso es interesante que sea una pasta hueca o en espiral para que absorva bien la gracia de la salsita. También podéis usar pasta fresca, claro, pero a no ser que la hagáis vosotros mismos os váis a gastar un dinero sin motivo (algún día tengo que quedar con Danny para hacer pasta casera... Os tendré informados). 

-Al lío: una vez elegida la pasta cocedla según las instruciones del fabricante. Aseguráos de dejarlo al dente pues luego ira al horno. Una vez cocida la pasta escurridla bien en agua fría para que se corte en dos la cocción y consigamos así una textura mucho más interesante. 
   

Paso 3: El pollo.

Se puede usar otro tipo de carne, claro, pero dado que este es un plato con un alto contenido en grasas es aconsejable usar pechuga de pollo o pavo, ya que son carnes bajas en contenido graso. 

-Cortamos la pechuga en dados gruesos, como de un centimetro y medio de cada lado (más o menos, no me vayáis a sacar la cinta métrica, que los hay)

-Cogemos los dados y los pasamos por la plancha, sellándolos tan solo. La idea es marcarlos por los lados dejando la pechuga cruda por dentro, pues luego en el horno terminará de cocerse y así no quedará seca.

-Una vez marcados los sacamos de la plancha y los dejamos en un plato.

Paso 4: Al horno.

-Hecha la crema, la pasta y la pechuga, cogemos una bandeja bien grande de horno (sí, la mas grande que tengáis. Redonda, rectangular, de pirex, de barro... la que menos rabia os dé) y la untamos de mantequilla para que la pasta no se pegue y quede jugosa. Éste... ¿Untar es sin hache? me suena que sí...

-Encima de la bandeja vertemos la mitad de la pasta, previamente remojada en agua fría.

-Sobre la primera capa de pasta echamos cinco lonchas de mozzarella en trocitos. La mozzarella fresca mola mucho pero pierde muchísima agua al horno y queda... pocha. Mejor usarla en lonchas, aunque no sea tan cool.

-Sobre la mozzarella echamos los dados de pollo en una capa uniforme.

-Cubrimos con el resto de la pasta.

-Sobre la pasta echamos los taquitos de jamón serrano. No os preocupéis de que sea un buen jamón de jabugo ni ninguna de esas chorradas: Para cocinar, cuanto más joven y "malo" sea el jamón mejor pues nos quedará más suelto. Usad las tarrinas que venden en el super (una vez más, haciendo publi sin ver un duro, las del mercadona vienen de lujo y no trae huesos). Recordad que el jamón al meterse en el horno sala una barbaridad. Eso le va a dar el punto de sal perfecto a nuestra receta; hacedme caso, lo acabo de comprobar hace cosa de tres horas ^_^.

-Cubrimos el jamón, la pasta, el pollo y el queso con la crema que hemos hecho previamente. Hacedlo con un cucharón para aseguráos de que cubre toda la bandeja, y no os preocupéis si parece que no llega hasta abajo, que sí que lo hace.

-Encima de la salsa ponemos el resto del queso mozzarella y el gouda. Cubrimos con puré de tomate, tomate tamizado o tomate frito (sólo unos chorros, como adornando. Eso le va a dar un punto interesante de acidez a la capa superior, amén de regalarle color al plato)

-Terminamos espolvoreando con parmesano y echando unos pequeños puñados de orégano para darle aroma.

-Y listos. Lo metemos al horno precalentado a 200º. El tiempo tiene su intríngulis:
  1- Si hacéis el plato en verano, habéis echado la pasta en caliente y el queso estaba blando, con que lo tengáis diez minutos a 200º listos. Esperad a que la capa superior esté levemente gratinada.
  2- Si al contrario estamos en invierno, la pasta estaba fria y el queso está duro o recién salido del congelador, lo mejor es meterlo un cuarto de hora a 170º y luego cinco minutos a 240º para gratinar la parte superior.

-Acompañar de...
Esta receta está pensada como plato único, acompañado de unas hojas de lechuga y un par de tomates bien frescos es un menú estupendo para el mediodía, especialmente si por la tarde tenéis que realizar algún esfuerzo o tenéis trabajo. Como bebida para acompañar os recomiendo un lambrusco rosadito o una buena botella de tónica o de agua con gas.
De esta forma, la lechuga y el tomate se encargan de bloquear la asimilación excesiva de grasas, mientras las burbujas de la bebida (nada de referescos, por favor, que eso es asesino total) evitan que luego se nos repita la comida.

-Truco para recalentar:
  Cuando saquéis la bandeja de la nevera (que ya os digo, frío está delicioso), tened en cuenta que los tiempos de horno cambian: Al estar fría, la pasta tendrá que calentarse unos veinte minutos a 180º y luego gratinad dos o tres minutos a 230.

-Alternativa comehierba.
Bueno, si no soís veganos puros y no os importa tomar queso, podéis cambiar el pollo y el jamón por tomate en trozos, calabaza y calabacín en trozos. Eso sí, recordad que en ese caso SÍ hay que echarle sal a la crema, lo cual hará que el sabor agrio de la salsa se reduzca en día posteriores.

-Momento ideal:
Uh... ¿Viendo una buena peli de Kurosawa? Diablos, ¿en qué estaba pensando cuando hice este apartado?

En fin... sólo queda que le echéis una prueba y me digáis qué os ha parecido. Os aseguro, en serio, que el resultado no os va a decepcionar.

Y mañana... ¡¡Gazpachito andaluz!!

1 comentario:

  1. holaa, soy patry solo quiero decirte qe la receta tiene qe estar pa morirse y qe antes de irnos la tengo q probar o de bienvenida como tu quieras jaja, bueno qe danny me reclama , nos vemos dentro de un rato en la piscina, un besito

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