Pos nada, al final no tuve tiempo ni de hacer una maldita actualización esta semana. Cayó banco, cayó papeleo, cayó casa y Callo Augusto Julio César, un figura.
Sea como sea, supongo que tengo que pediros perdón por haber tenido esto abandonaillo -perdón-, y prometeros que en cuanto tenga inet en la casa nueva la cosa mejorará mucho: Habrá actualizaciones diarias -o casi-, fotos en condi en esa pedazo cocina nueva con encimera de silextone, un poco más de humor gráfico y, por supuesto opiniones. También tenemos preparado un especial para octubre con estrellas invitadas... veréis, veréis, va a ser la leche.
Pero ahora hay que apretar el botón de pausa durante un par de semanitas. Gracias por haberme acompañado estas tres semanitas, por haberme hecho sentir que lo que escribo vale para algo. Gracias por hacer que el esfuerzo invertido en los dibujos merezca la pena; y gracias, por supuesto, por haber subido el contador de visitas, jajaja. 450 visitas sin metatags ni nada!! Cuando esto aparezca en buscadores no veas ^_~.
Y bueno... eso es todo, más o menos. Mañana Eva y yo nos vamos a Cádiz una semanita, a disfrutar de la familia, que también tenemos derecho. A descansar, a hundir los dedos en la arena de la playa, en los rizos de la cabecita dorada de Paula y en las fuentes de choquitos. Que sí, son choquitos y no chopitos, por mucho que la peña de interior se empeñe.
Ha llegado el momento de Descansar, en mayúsculas, alejado de cualquier teclado o cualquier cosa con forma de mesa de dibujo o de cocina; de utilizar los cepillos tan sólo para darle al gato en el culo; siete días completos disfrutando de la cercanía de los nuestros.
Porque luego...
¡Je!
Ya tenemos el visto bueno del banco, el sí rotundo del vendedor y la casa en el punto de mira, a la espera de apretar un metafórico botón rojo con forma de notario y gritar "¡¡Fuego!!" o mejor dicho "¡Compra!" o algo así. La compra está cerrada ya a la primera semana de septiembre, así que en cuanto volvamos de Cádiz habrá llegado el momento de empacar lo que aún nos queda, visitar notarios, hacer regalitos, abusar de los amigos, tirar de la suegra (¡¡Gracias, mami-2!!) escaquearse de la pitufa local y desarrollar los biceps a golpe de caja de cartón... Y eso por no hablar de ir al seguro, a la luz, al agua, el gas, la inet...
Unos días divertidos que prometo plasmaros aquí con todo lujo de detalles, fotos humillantes incluídas, cuando ya estemos felizmente instalados y con red en casa.
Un futuro guay, ¿no?
Pues claro, y eso que aún no habéis visto la casa. ¿Qué cómo es...? Jaaajajaja ná, esta vez no voy a gafarla, pero sí puedo deciros una cosa... si digo casa y no piso es por algo ^___^yum. yum.
Así que va llegando el momento de despedirse, de deciros hasta luego, de daros un fuerte abrazo, de canturrear aquello de que aún no me he ido y tengo ya ganas de volver a veros. Bueno, me conocéis: a veces soy más ñoño que una lamparita de noche con la foto de Mickey Rooney.
Y va llegando también el momento de hablar de Patry y Danny, de los que por primera vez en casi cuatro años nos vamos a separar durante más de un mes, ya que al fin Danny se vuelve a casa a ver a la familia, aquí al lado, a Argentina, se dice pronto, y se lleva a la parienta para vacilar "de española guapa". No es pa menos. Tíos... ya sabéis lo que hay, así que paso de mariconadas: No os comáis la bola con lo de que os váis a perder la mudanza, pues vais a estar tan presentes en ella como lo habéis estado en todos los momentos importantes de estos últimos cuatro años. Disfrutad del viaje, vividlo a tope, pasadlo genial, aprovechad los abrazos de la familia del niño indio este y comprad muchos caramelos de cereza. A la vuelta tendreis aquí vuestra casa.
Y, ahora sí, voy cerrando esto. Una vez más gracias por vuestro apoyo, a los que comentáis y a los que no, a los que preferís escribirme en privado o llamarme para decirme qué tal, a los que ni siquiera sabéis cómo terminastéis llegando aquí y a los que seguís entrando de vez en cuando sin saber muy bien por qué.
Sed felices estos días.
...
Y volved. La próxima vez que entre pasaré lista.
Un fuerte abrazo... me lo váis a permitir,
Rafa del Río
"Pasad, pasad, estáis, ahora más que nunca, en vuestra casa".
Recetas sencillas y no tan sencillas para amos de casa. Un rincón con todo el sabor de la cocina de las abuelas y, ¿por qué no? un lugar en el que compartir nuestro status rebelde de marujos.
domingo, 22 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
#8 Básicos: chuletitas con puré al vino.
Empezaron las vacaciones. Hoy está cayendo la del pulpo en la city, así que no sé si al final iremos a la feria o nos quedaremos por aquí tomando una copilla (oh, acabo de encontrar un tekila mejicano estupendo en Aldi... ¡¡Un Jalisco puro!! No veo la hora de probarlo bien frío). Sea como sea, en siete días nos vamos a Cádiz y luego, si Dios quiere, empezaremos con la mudanza, así que lo mismo dejo esto abandonaillo a finales de agosto principios de septiembre (hasta que contratemos el inet en la kely nueva). De todas formas no os preocupéis, avisaré con tiempo.
Mientras llega ese día, aprovechando que sigo aquí, os voy a pasar un básico muy resultón a partir del cual podéis crear mil y una recetas deliciosas: las chuletas al vino. Es útil para carnes y pescados, chuletas, filetes, salchichas, pechuga de pollo... y un largo etc. Sólo acordáos de cambiar el vino blanco por tinto cuando vayáis a trabajar con caza. Y el puré... bueno, ese siempre te saca de un apuro, y con este sistema queda de rechupete. Hacedme caso: parece una chorrada, ES una chorrada, pero váis a conseguir un resultado estupendo en poco tiempo, con mínimo esfuerzo y, lo que es importante, por tres duros.
Ale, y ya está el plato presentado, ya he utilizado un par de palabras horteras y sólo me queda dedicar este plato a Patri (Mei) que me ha mandado una foto de su interpretación de la receta número 7. Molan estas sorpresas al despertar.
¡¡Al lío!!
Ingredientes:
-Chuletas de lomo de cerdo (o filetes, o chuletas de aguja... lo que queráis y en la cantidad que os guste).
-Ajo en polvo.
-Perejil fresco.
-Aceite de girasol (sí, de girasol. Antes de irme voy a tener que escribiros un par de cositas acerca del aceite de oliva, aunque no voy a hacer amigos precisamente).
-Sal.
-Pimienta negra.
-Vino blanco.
Para el puré.
-Copos de puré de patatas.
-Leche entera.
-Mantequilla con sal.
-Guisantes.
-Queso gouda.
Elaboración:
-Como veréis aquí no os he hablado de cantidades. Básicamente porque siempre me ha parecido una chorrada, cada uno sabe cuánto come y cómo le gusta comer. No obstante, para que hagáis vuestros cálculos, voy a explicaros la receta con ingredentes para una persona. ¿Ok? Pues al lío, que se hace tarde, sigue lloviendo, y tengo al Batman con cara de palo "metío" en la consola esperándome para darle de patadas en el coco al Jocker.
1.-Las chuletas:
-Ponemos una sartén al fuego fuerte y echamos un buen chorro de aceite de girasol. Es importante que sea de girasol porque mezcla mucho mejor con el vino blanco. Cuando el aceite esté caliente echamos un par de chuletas y esperamos a que se pongan doraditas por un lado.
-Una vez tostaditas por un lado les damos la vuelta y las espolvoreamos con un buen puñado de sal un buen pellizco de pimienta negra y el perejil (puede ser picado, pero mejor si es en hojas). Echamos también el ajo en polvo. Es importante que sea en polvo porque al tener el fuego fuerte el ajo crudo se quemaría. Y es importante tener el fuego fuerte para que el tocinillo de la carne quede churruscadito y delicioso. ¿Lo véis? Todo encaja.
-Cuando la otra parte de las chuletas esté doradita, bajamos el fuego al mínimo y echamos un buen chorro de vino blanco, como medio vasito, más o menos. Esperamos 50 segundos más o menos y volvemos a subir el fuego hasta dejarlo a fuego medio. Esto lo hacemos porque al echar el vino en la sartén ésta empieza a chisporrotear, y si tenemos el fuego alto puede salir ardiendo y prender fuego a la cocina (si alguna vez os pasa, ahogad el fuego con una tapa o un paño, no le echéis agua o la liáis). Váis a flipar con el aroma que va a salir de la sartén.
-Ahora es cuestión de gustos: Cuanto más tiempo dejéis el guisillo, más tierna saldrá la carne, pero el vino se irá evaporando y habrá que echarle más vino según desaparece. Podéis dejarlo cinco minutillos y, si véis que ya no huele a dulzón, añadirle un segundo chorro y sacarlo a los dos minutillos.
-Y listos, ya tenéis vuestras chuletas al vino. Ricas, ¿eh?
2.- El puré.
La verdad es que hacer puré con copos es una cutrada. Lo suyo es hervir las papas durante un buen rato y luego mezclarlas con la leche y la mantequilla. Sin embargo, si lo hacéis con cuidado el puré en copos os puede salir estupendo, sólo es cuestión de paciencia y mimo. Y lo tendréis listos en cinco minutos. Mola, ¿no? Pues al lío:
-Ponemos a calentar leche y un poco de agua en un cazo al fuego o un recipiente al microondas. Los fabricantes suelen aconsejar medio litro de agua y un cuarto de leche. Yo echo un buen chorro de leche entera, pasando de cantidades y un chorrillo de agua fría. Luego lo voy midiendo echando el puré poco a poco. De todas formas, si lo váis a hacer según el fabricante, echad siempre más leche que agua, y que sea leche entera, que sale mil veces mejor. Antes de poner la leche y el agua a calentar echadle un buen puñado de sal (pero un buen puñado, ¿eh?) y algunas especias. Vale ajo en polvo, un poco de pimentón ahumado, tomillo y romero, pimienta... lo importante es que le déis a la leche un punto especial, que sea diferente. probadlo con lo que más os guste.
-Calentamos la leche hasta que parezca que va a hervir, o cuatro minutos a pleno rendimiento en el microondas.
-Sacamos la leche del fuego y le echamos los copos muy poco a poco sin dejar de remover. Cuando esté espeso y los copos de arriba estén secos dejamos de echar. Seguimos removiendo hasta humedecerlos y le echamos una buena cucharada de mantequilla con sal y un puñado de tacos de queso gouda. uhm... ¿cómo cincuenta-sesenta grs.? Sí, más o menos eso. (Coño! Acaba de caer un trueno en la azotea). Con el queso y la mantequilla seguimos removiendo hasta que el puré se agarre a la cuchara y se despegue fácil del recipiente. Qudará una mezcla de textura esponjosa y compacta, muy parecida a la del puré tradicional.
-Entonces le echamos los guisantes y los mezclamos bien.
Y listos. Ya tenemos los dos platos echos. Parecen una chorada, son una chorrada, pero es la base de mil y una recetas mucho más complicadas. Y os van a sacar de muchos apuros, así que dadle caña al fuego.
Trucos:
-La salsita que queda de freir/cocer la carne es estupenda para arroces y pastas. Reservadla para utilizadla más adelante, pero no olvidéis echarle una buena cucharada al puré por encima cuando sirváis el plato.
-El puré de patatas es un aliado brutal para los días de frío. Si queréis tomar un puré bueno de verdad en un día de frío echadle algo más de queso (un poco de queso azul o de parmesano rallado, por ejemplo) añadid al final tacos de jamón serrano, cocido, chorizo carnoso o beicon y regadlo con una salsa de crema agria (nata fresca del mercadona) con cebollita en vinagre bien picadita y jugo de limón. Es una receta neoyorquina, y bien buena que está.
-Si utilizáis carne roja o de caza usad vino tinto en vez de vino blanco.
Alternativa Comehierba:
Cambiad la carne por un buen revuelto de setas. Una macedonia de setitas que lleve shiitake, rovellones, champiñones, trompetas de los muertos, hongos... Y en vez de vino tinto echadle un rosado espumoso... un lambrusco, por ejemplo.
Delicioso.
Y eso es todo. Dadle a la sartén con ritmo y no os empapéis demasiado bajo la lluvia. Nos vemos mañana por aquí.
Mientras llega ese día, aprovechando que sigo aquí, os voy a pasar un básico muy resultón a partir del cual podéis crear mil y una recetas deliciosas: las chuletas al vino. Es útil para carnes y pescados, chuletas, filetes, salchichas, pechuga de pollo... y un largo etc. Sólo acordáos de cambiar el vino blanco por tinto cuando vayáis a trabajar con caza. Y el puré... bueno, ese siempre te saca de un apuro, y con este sistema queda de rechupete. Hacedme caso: parece una chorrada, ES una chorrada, pero váis a conseguir un resultado estupendo en poco tiempo, con mínimo esfuerzo y, lo que es importante, por tres duros.
Ale, y ya está el plato presentado, ya he utilizado un par de palabras horteras y sólo me queda dedicar este plato a Patri (Mei) que me ha mandado una foto de su interpretación de la receta número 7. Molan estas sorpresas al despertar.
¡¡Al lío!!
Chuletas de lomo al vino con puré de papas.
Complejidad: 4/10
Tiempo: 15 min.
Ingredientes:
-Chuletas de lomo de cerdo (o filetes, o chuletas de aguja... lo que queráis y en la cantidad que os guste).
-Ajo en polvo.
-Perejil fresco.
-Aceite de girasol (sí, de girasol. Antes de irme voy a tener que escribiros un par de cositas acerca del aceite de oliva, aunque no voy a hacer amigos precisamente).
-Sal.
-Pimienta negra.
-Vino blanco.
Para el puré.
-Copos de puré de patatas.
-Leche entera.
-Mantequilla con sal.
-Guisantes.
-Queso gouda.
Elaboración:
-Como veréis aquí no os he hablado de cantidades. Básicamente porque siempre me ha parecido una chorrada, cada uno sabe cuánto come y cómo le gusta comer. No obstante, para que hagáis vuestros cálculos, voy a explicaros la receta con ingredentes para una persona. ¿Ok? Pues al lío, que se hace tarde, sigue lloviendo, y tengo al Batman con cara de palo "metío" en la consola esperándome para darle de patadas en el coco al Jocker.
1.-Las chuletas:
-Ponemos una sartén al fuego fuerte y echamos un buen chorro de aceite de girasol. Es importante que sea de girasol porque mezcla mucho mejor con el vino blanco. Cuando el aceite esté caliente echamos un par de chuletas y esperamos a que se pongan doraditas por un lado.
-Una vez tostaditas por un lado les damos la vuelta y las espolvoreamos con un buen puñado de sal un buen pellizco de pimienta negra y el perejil (puede ser picado, pero mejor si es en hojas). Echamos también el ajo en polvo. Es importante que sea en polvo porque al tener el fuego fuerte el ajo crudo se quemaría. Y es importante tener el fuego fuerte para que el tocinillo de la carne quede churruscadito y delicioso. ¿Lo véis? Todo encaja.
-Cuando la otra parte de las chuletas esté doradita, bajamos el fuego al mínimo y echamos un buen chorro de vino blanco, como medio vasito, más o menos. Esperamos 50 segundos más o menos y volvemos a subir el fuego hasta dejarlo a fuego medio. Esto lo hacemos porque al echar el vino en la sartén ésta empieza a chisporrotear, y si tenemos el fuego alto puede salir ardiendo y prender fuego a la cocina (si alguna vez os pasa, ahogad el fuego con una tapa o un paño, no le echéis agua o la liáis). Váis a flipar con el aroma que va a salir de la sartén.
-Ahora es cuestión de gustos: Cuanto más tiempo dejéis el guisillo, más tierna saldrá la carne, pero el vino se irá evaporando y habrá que echarle más vino según desaparece. Podéis dejarlo cinco minutillos y, si véis que ya no huele a dulzón, añadirle un segundo chorro y sacarlo a los dos minutillos.
-Y listos, ya tenéis vuestras chuletas al vino. Ricas, ¿eh?
2.- El puré.
La verdad es que hacer puré con copos es una cutrada. Lo suyo es hervir las papas durante un buen rato y luego mezclarlas con la leche y la mantequilla. Sin embargo, si lo hacéis con cuidado el puré en copos os puede salir estupendo, sólo es cuestión de paciencia y mimo. Y lo tendréis listos en cinco minutos. Mola, ¿no? Pues al lío:
-Ponemos a calentar leche y un poco de agua en un cazo al fuego o un recipiente al microondas. Los fabricantes suelen aconsejar medio litro de agua y un cuarto de leche. Yo echo un buen chorro de leche entera, pasando de cantidades y un chorrillo de agua fría. Luego lo voy midiendo echando el puré poco a poco. De todas formas, si lo váis a hacer según el fabricante, echad siempre más leche que agua, y que sea leche entera, que sale mil veces mejor. Antes de poner la leche y el agua a calentar echadle un buen puñado de sal (pero un buen puñado, ¿eh?) y algunas especias. Vale ajo en polvo, un poco de pimentón ahumado, tomillo y romero, pimienta... lo importante es que le déis a la leche un punto especial, que sea diferente. probadlo con lo que más os guste.
-Calentamos la leche hasta que parezca que va a hervir, o cuatro minutos a pleno rendimiento en el microondas.
-Sacamos la leche del fuego y le echamos los copos muy poco a poco sin dejar de remover. Cuando esté espeso y los copos de arriba estén secos dejamos de echar. Seguimos removiendo hasta humedecerlos y le echamos una buena cucharada de mantequilla con sal y un puñado de tacos de queso gouda. uhm... ¿cómo cincuenta-sesenta grs.? Sí, más o menos eso. (Coño! Acaba de caer un trueno en la azotea). Con el queso y la mantequilla seguimos removiendo hasta que el puré se agarre a la cuchara y se despegue fácil del recipiente. Qudará una mezcla de textura esponjosa y compacta, muy parecida a la del puré tradicional.
-Entonces le echamos los guisantes y los mezclamos bien.
Y listos. Ya tenemos los dos platos echos. Parecen una chorada, son una chorrada, pero es la base de mil y una recetas mucho más complicadas. Y os van a sacar de muchos apuros, así que dadle caña al fuego.
Trucos:
-La salsita que queda de freir/cocer la carne es estupenda para arroces y pastas. Reservadla para utilizadla más adelante, pero no olvidéis echarle una buena cucharada al puré por encima cuando sirváis el plato.
-El puré de patatas es un aliado brutal para los días de frío. Si queréis tomar un puré bueno de verdad en un día de frío echadle algo más de queso (un poco de queso azul o de parmesano rallado, por ejemplo) añadid al final tacos de jamón serrano, cocido, chorizo carnoso o beicon y regadlo con una salsa de crema agria (nata fresca del mercadona) con cebollita en vinagre bien picadita y jugo de limón. Es una receta neoyorquina, y bien buena que está.
-Si utilizáis carne roja o de caza usad vino tinto en vez de vino blanco.
Alternativa Comehierba:
Cambiad la carne por un buen revuelto de setas. Una macedonia de setitas que lleve shiitake, rovellones, champiñones, trompetas de los muertos, hongos... Y en vez de vino tinto echadle un rosado espumoso... un lambrusco, por ejemplo.
Delicioso.
Y eso es todo. Dadle a la sartén con ritmo y no os empapéis demasiado bajo la lluvia. Nos vemos mañana por aquí.
viernes, 13 de agosto de 2010
#7 Revuelto de pasta con pollo sobre lecho de ensalada.
Bufff... ya empezamos con los nombres chorras. En fin, en algún momento tenía que pasar.
Lo primero, perdón por haber estado desaparecido dos días. Esta semana Eva y yo hemos estado liados con los bancos (sí, queremos mudarnos pero no haremos nada oficial hasta que tengamos la llave de la casa, que ya van tres o cuatro veces que decimos que compramos y al final el negocio nos sale rana) además, el miércoles quería escribir una carta que había prometido (terminarla más bien) y ayer tocó piscina... Por no hablar de esa pedazo de demo de Mafia II... ¡¡Qué juegazo, Dios!!
En fin, que hice un mazo de ensaladilla para tres días y he estado liado, pero ya he vuelto (tará!). Y para esta ocasión os traigo un plato raro, raro. Lo que Terry Prattchet llama recetas de borrachos, una de esas recetas que nacen cuando no tienes nada en la nevera que conjugue de la forma tradicional, y entonces te pones a mezclar, a experimentar...
Y lo flipas con el resultado.
Ingredientes (para dos personas)
2-4 huevos, según queráis uno o dos por persona.
4 pinchitos de pollo (o 250 grs. de carne de pinchito)
2 raciones de espagueti (ya, ¿qué cuánto es una ración? Pues vosotros sabréis cuanto os gusta zampar. Yo para este plato suelo echar bastante y luego, lo que sobra, lo ceno con tomate frito, orégano, parmesano rayado y vino blanco)
3 dientes de ajo.
Un ramillete de perejil
Aceite de oliva suave (0,4º)
1/2 vasito de vino blanco.
Ensalada de hojas (lechuga, radiccio, escarola, espinacas, rúcula, canónigos, mostaza roja... elegid los que más os gusten)
Un puñado de tomatitos cherrys.
Elaboración:
1.- Preparando los ingredientes.
-Ponemos a cocer la pasta según las instrucciones del fabricante (ya sabéis, mazo de agua fría hasta que hierva, luego un puñado de sal y echamos la pasta el tiempo que nos indique el fabricante, un poquito menos si nos gusta la pasta dura y más si nos gusta blanducha. Tiene menos complicación que el mecanismo de un libro). Para esta receta es mejor que la pasta quede un poquito dura, pues después le vamos a dar otro golpe de calor, así que dejadla un minuto o dos menos de lo que indique el recipiente y luego coladlo en agua fría para que se corte la cocción.
-Mientras cuece la pasta, echamos los pinchitos de pollo en la plancha. Podéis usar carne de pinchito de pollo o de cerdo, pero le queda mejor la de pollo por el vino blanco. Además, si usáis los pinchitos que venden ya hechos (2.75 una bandejita de cuatro en el Merca), le añadís el puntito del pimiento y el tocino que ya traen. No obstante, como queráis. Oh, por cierto, no hagáis demasiado el pollo o se quedará sequerón: hacedlo lo justo para que quede doradito y jugoso.
-Picamos el ajo y el perejil y preparamos la ensalada de hojas. Una vez más, las venden hechas, así que cómo queráis.
2.- El revuelto.
-Cuando quede poco tiempo para que la pasta se cueza echamos en una sartén a fuego medio un chorro de acite de oliva (no seáis chorras y pilléis un aceite bueno, que eso es como usar Johnny Walker etiqueta azul para hacer cubatas. Con un aceite decente suavecito váis de sobra. Y si sólo tenéis aceite de girasol también vale, no os creáis todas las chorradas que dicen en la tele de que hay que usar siempre puro arbequina de alta gradación que eso es sólo para llevarse una pasta de las cooperativas aceiteras) Y cuando el aceite esté caliente echamos el ajito para que poche y una pizca de sal, que como ya sabemos, ayuda al fuego en la cocina.
-Con el ajo ya pochadito, añadimos el perejil picado y casi acto seguido, la pasta ya colada. Lo normal es que salte un poco el aceite por aquello de echarle algo mojado, así que por Dios, ponéos la camiseta y no cocinéis en gayumbos (sí, por experiencia). Venden una cosa llamada delantal que es bastante útil, y los hay que son hasta dignos y todo (ye, gracias por los delantales, familia ^__^).
-Ya tenemos la pasta, el ajo y el perejil en el fuego. Le damos unas cuantas vueltas para que la pasta se empape bien de ese rico aceite que tiene todo el aje del perejil y el ajito, y con el fuego aún en el medio, le cascamos dos o cuatro huevos en los bordes.
-Esperamos hasta que los huevos cuajen, moviendo suavemente la yema con una cuchara de madera para que no se pegue a la sarten CON CUIDADO DE NO ROMPERLA. Es difícil pero no imposible. Como decía, cuando los huevos cuajen (la yema se ve más durita y la clara se pone blanca, de ahí su nombre) echamos el medio vasito de vino blanco y dejamos que cueza un rato, disfrutando del aroma que sale de la sartén.
-Removemos un poco para que la pasta no se pegue al fondo y no se queme, dejando que el vino reduzca. Es interesante probar la salsa que forma el vino y el aceite, por si hubiera que añadirle un poco de sal. ¿Qué quema? Pues sopla la cuchara, hombre.
-Cuando el vino haya reducido y estemos contentos con el resultado, apagamos el fuego y retiramos la sartén del fogón (o la vitro)
3.-Montando el plato.
-En un plato grande ponemos un buen puñado de la ensalada sin aliñar por todo el fondo.
-Nos vamos a la sartén y cogemos pasta y clara sin tocar la yema. Es difícil, porque la clara se ha pegado a la pasta y hace un poco complicado servir, pero una vez más, con unas pinzas, paciencia y ayuda divina, todo es posible. Y el resultado merece la pena. Ponemos la pasta y la clara sobre la ensalada, y regamos con un poco del juguito de la sartén ayudándonos de una cuchara, claro.
-Luego echamos encima el pollo (quitándolo del palito si utilizamos los pinchitos ya hechos, y acompañándolo de los pimientitos, la cebolita y el tocinito que suele llevar. ¿todo chiquititio? Claro, es que está cortadito. Y a mí me está poseyendo Ned Flanders. En fin...)
-Ya tenemos la ensalada y la pasta con huevo regada del jugo de la cocción y cubierta por el pollo. Sólo nos falta echarles unos tomatitos cherry por encima, adornar con un par de hojas de la ensalada, añadir la yema o las yemas a un lado del plato y regar una vez más con el jugo de la sartén y listos.
Un plato rico de verdad, a caballo entre un revuelto de gulas (surimi) una pasta con almejas y un arroz con pollo. Puede que sea un poco basto, pero es eficiente, aromático y delicioso. Además, no sólo aporta un buen puñado de energía para llevar adelante la tarde, sino que es sano y tiene un contenido graso limitado, especialmente si os saltáis el tocino de los pinchitos.
De verdad, probadlo. Si este no os gusta me corto las orejas y las uso de empanadillas.
Trucos:
-Una vez servido el plato podéis echarle encima un poco de perejil seco muy picado. Le daréis color y aroma. Pero si queréis darle el diez sobre diez echadle un chorrito de vinagre de arroz o una pizca de pimentón ahumado.
-Por ahí escuché que si le echabas un poco de queso curado al agua de cocción la pasta coge sabor y aroma... Pues bien, no os lo creáis. El agua de cocción coge el sabor del almidón de la pasta, y ya puedes echarle una trufa blanca y medio kilo de caviar que no vale absolutamente de nada. La sal, de hecho, sólo se echa para ayudar a la cocción.
-Y ya que estamos con las cosas que no debéis hacer ni se os ocurra adornar el plato con un chorreón de aceite de oliva extra virgen. Qué manía con hacer que los platos se repitan, por Dios, con lo poquito que cuesta comer sano.
Alternativa Comehierba:
-Depende del grado de vegetarianismo. Si no tenéis problemas con comer huevos, podéis cambiar el pollo por unos champiñones, unas setas o unos espárragos verdes frescos. Si no queréis comer huevo por algún extraño afán masoquista siempre podéis echarle nata o crema agria, el mejor invento del mundo. Si tampoco os va el tema de la leche y las grasas animales, hay un excelente pasto por aquí cerca ^_^.
Y eso es todo. Un día más, otra receta. Y esta es buena, barata, y permite mil variantes. Probadla y ya me contaréis.
Lo primero, perdón por haber estado desaparecido dos días. Esta semana Eva y yo hemos estado liados con los bancos (sí, queremos mudarnos pero no haremos nada oficial hasta que tengamos la llave de la casa, que ya van tres o cuatro veces que decimos que compramos y al final el negocio nos sale rana) además, el miércoles quería escribir una carta que había prometido (terminarla más bien) y ayer tocó piscina... Por no hablar de esa pedazo de demo de Mafia II... ¡¡Qué juegazo, Dios!!
En fin, que hice un mazo de ensaladilla para tres días y he estado liado, pero ya he vuelto (tará!). Y para esta ocasión os traigo un plato raro, raro. Lo que Terry Prattchet llama recetas de borrachos, una de esas recetas que nacen cuando no tienes nada en la nevera que conjugue de la forma tradicional, y entonces te pones a mezclar, a experimentar...
Y lo flipas con el resultado.
Revuelto de pasta con pollo sobre ensalada fresquita.
Complejidad: 5/10
Tiempo: 15-20 min.
Ingredientes (para dos personas)
2-4 huevos, según queráis uno o dos por persona.
4 pinchitos de pollo (o 250 grs. de carne de pinchito)
2 raciones de espagueti (ya, ¿qué cuánto es una ración? Pues vosotros sabréis cuanto os gusta zampar. Yo para este plato suelo echar bastante y luego, lo que sobra, lo ceno con tomate frito, orégano, parmesano rayado y vino blanco)
3 dientes de ajo.
Un ramillete de perejil
Aceite de oliva suave (0,4º)
1/2 vasito de vino blanco.
Ensalada de hojas (lechuga, radiccio, escarola, espinacas, rúcula, canónigos, mostaza roja... elegid los que más os gusten)
Un puñado de tomatitos cherrys.
Elaboración:
1.- Preparando los ingredientes.
-Ponemos a cocer la pasta según las instrucciones del fabricante (ya sabéis, mazo de agua fría hasta que hierva, luego un puñado de sal y echamos la pasta el tiempo que nos indique el fabricante, un poquito menos si nos gusta la pasta dura y más si nos gusta blanducha. Tiene menos complicación que el mecanismo de un libro). Para esta receta es mejor que la pasta quede un poquito dura, pues después le vamos a dar otro golpe de calor, así que dejadla un minuto o dos menos de lo que indique el recipiente y luego coladlo en agua fría para que se corte la cocción.
-Mientras cuece la pasta, echamos los pinchitos de pollo en la plancha. Podéis usar carne de pinchito de pollo o de cerdo, pero le queda mejor la de pollo por el vino blanco. Además, si usáis los pinchitos que venden ya hechos (2.75 una bandejita de cuatro en el Merca), le añadís el puntito del pimiento y el tocino que ya traen. No obstante, como queráis. Oh, por cierto, no hagáis demasiado el pollo o se quedará sequerón: hacedlo lo justo para que quede doradito y jugoso.
-Picamos el ajo y el perejil y preparamos la ensalada de hojas. Una vez más, las venden hechas, así que cómo queráis.
2.- El revuelto.
-Cuando quede poco tiempo para que la pasta se cueza echamos en una sartén a fuego medio un chorro de acite de oliva (no seáis chorras y pilléis un aceite bueno, que eso es como usar Johnny Walker etiqueta azul para hacer cubatas. Con un aceite decente suavecito váis de sobra. Y si sólo tenéis aceite de girasol también vale, no os creáis todas las chorradas que dicen en la tele de que hay que usar siempre puro arbequina de alta gradación que eso es sólo para llevarse una pasta de las cooperativas aceiteras) Y cuando el aceite esté caliente echamos el ajito para que poche y una pizca de sal, que como ya sabemos, ayuda al fuego en la cocina.
-Con el ajo ya pochadito, añadimos el perejil picado y casi acto seguido, la pasta ya colada. Lo normal es que salte un poco el aceite por aquello de echarle algo mojado, así que por Dios, ponéos la camiseta y no cocinéis en gayumbos (sí, por experiencia). Venden una cosa llamada delantal que es bastante útil, y los hay que son hasta dignos y todo (ye, gracias por los delantales, familia ^__^).
-Ya tenemos la pasta, el ajo y el perejil en el fuego. Le damos unas cuantas vueltas para que la pasta se empape bien de ese rico aceite que tiene todo el aje del perejil y el ajito, y con el fuego aún en el medio, le cascamos dos o cuatro huevos en los bordes.
-Esperamos hasta que los huevos cuajen, moviendo suavemente la yema con una cuchara de madera para que no se pegue a la sarten CON CUIDADO DE NO ROMPERLA. Es difícil pero no imposible. Como decía, cuando los huevos cuajen (la yema se ve más durita y la clara se pone blanca, de ahí su nombre) echamos el medio vasito de vino blanco y dejamos que cueza un rato, disfrutando del aroma que sale de la sartén.
-Removemos un poco para que la pasta no se pegue al fondo y no se queme, dejando que el vino reduzca. Es interesante probar la salsa que forma el vino y el aceite, por si hubiera que añadirle un poco de sal. ¿Qué quema? Pues sopla la cuchara, hombre.
-Cuando el vino haya reducido y estemos contentos con el resultado, apagamos el fuego y retiramos la sartén del fogón (o la vitro)
3.-Montando el plato.
-En un plato grande ponemos un buen puñado de la ensalada sin aliñar por todo el fondo.
-Nos vamos a la sartén y cogemos pasta y clara sin tocar la yema. Es difícil, porque la clara se ha pegado a la pasta y hace un poco complicado servir, pero una vez más, con unas pinzas, paciencia y ayuda divina, todo es posible. Y el resultado merece la pena. Ponemos la pasta y la clara sobre la ensalada, y regamos con un poco del juguito de la sartén ayudándonos de una cuchara, claro.
-Luego echamos encima el pollo (quitándolo del palito si utilizamos los pinchitos ya hechos, y acompañándolo de los pimientitos, la cebolita y el tocinito que suele llevar. ¿todo chiquititio? Claro, es que está cortadito. Y a mí me está poseyendo Ned Flanders. En fin...)
-Ya tenemos la ensalada y la pasta con huevo regada del jugo de la cocción y cubierta por el pollo. Sólo nos falta echarles unos tomatitos cherry por encima, adornar con un par de hojas de la ensalada, añadir la yema o las yemas a un lado del plato y regar una vez más con el jugo de la sartén y listos.
Un plato rico de verdad, a caballo entre un revuelto de gulas (surimi) una pasta con almejas y un arroz con pollo. Puede que sea un poco basto, pero es eficiente, aromático y delicioso. Además, no sólo aporta un buen puñado de energía para llevar adelante la tarde, sino que es sano y tiene un contenido graso limitado, especialmente si os saltáis el tocino de los pinchitos.
De verdad, probadlo. Si este no os gusta me corto las orejas y las uso de empanadillas.
Trucos:
-Una vez servido el plato podéis echarle encima un poco de perejil seco muy picado. Le daréis color y aroma. Pero si queréis darle el diez sobre diez echadle un chorrito de vinagre de arroz o una pizca de pimentón ahumado.
-Por ahí escuché que si le echabas un poco de queso curado al agua de cocción la pasta coge sabor y aroma... Pues bien, no os lo creáis. El agua de cocción coge el sabor del almidón de la pasta, y ya puedes echarle una trufa blanca y medio kilo de caviar que no vale absolutamente de nada. La sal, de hecho, sólo se echa para ayudar a la cocción.
-Y ya que estamos con las cosas que no debéis hacer ni se os ocurra adornar el plato con un chorreón de aceite de oliva extra virgen. Qué manía con hacer que los platos se repitan, por Dios, con lo poquito que cuesta comer sano.
Alternativa Comehierba:
-Depende del grado de vegetarianismo. Si no tenéis problemas con comer huevos, podéis cambiar el pollo por unos champiñones, unas setas o unos espárragos verdes frescos. Si no queréis comer huevo por algún extraño afán masoquista siempre podéis echarle nata o crema agria, el mejor invento del mundo. Si tampoco os va el tema de la leche y las grasas animales, hay un excelente pasto por aquí cerca ^_^.
Y eso es todo. Un día más, otra receta. Y esta es buena, barata, y permite mil variantes. Probadla y ya me contaréis.
martes, 10 de agosto de 2010
#6 Básicos: ensaladilla rusa súper-rápida.
Hace Calor, Calor de Verdad, masivo y en mayúsculas. ¿Qué mejor momento para hacer un plato fresquito, que nos aguante bien en la nevera y que nos de tiempo mañana para disfrutar de la demo del videojuego Mafia II, que estará disponible para su descarga en PC, PS3 y Xbox360? Pues sí, sigo siendo un maldito enganchado de los videojuegos, pero para que no me miréis mal aquí os traigo la receta de un clásico básico en todas las neveras españolas cuando el calor pega fuerte: la ensaladilla rusa.
Más sencilla no la vais a encontrar, y si le tenéis tirria a la mayonesa... Pues lo siento, Johnny, son solo negocios.
Ingredientes (para varios días):
5 cucharadas grandes de mayonesa Musa (sí, tiene que ser de esa marca o bien de otra con un buen chorro de vinagre de jerez).
1-2 huevos por persona.
2-3 tarros grandes de macedonia de verdura (ya sabéis, esas que traen patata cocida, judías verdes redonditas, guisantes y zanahorias)
1 lata grande de aceitunas sin hueso.
2-3 latitas de atún en su jugo. Nada de aceite, ni aunque sea de oliva.
10 palitos de cangrejo de los congelados de toda la vida. No uséis tipo krissia que se desmenuzan en laminilla.
100 grs. de jamón cocido.
200 gramos -por decir una cantidad- de queso fresco. (Que sea queso con textura de queso, no esos flanes de plástico que venden).
Preparación:
Más sencilla imposible:
-Ponemos agua a hervir y cocemos los huevos. Por si alguien no sabe aún cómo se hace, no hay más que poner el agua a hervir y hacer un pequeño orificio en la parte superior de la cáscara de los huevos con la ayuda de un cuchillo de carne con punta (hacedlo con cuidado: No se trata de apuñalar salvajemente al huevo, sino de darle un punterazo rápido y suave). Cuando el agua hierva (suelte burbujitas) echamos un buen puñado de sal marina e introducimos los huevos con la ayuda de un cucharón, con cuidado de que no se nos rompan. El tiempo es lo más delicado: si os gustan cuajados, es decir, que la yema esté un poco húmeda, dejadlo ocho minutos. Si los preferís muy hechos, dejadlos doce. Recordad que cuanto más hechos estén, mejor se pelan. Una vez cocidos los huevos los remojamos en agua fría para que pierdan temperatura y dejen de cocer. Acto seguido los metemos en la nevera.
-En un chino o colador grande echamos el contenido de los botes de macedonia vegetal, las aceitunas y el atún. Lo remojamos todo bien para que pierda el sabor de los conservantes del tarro y esperamos a que deje de gotear. Esto es importante si no queréis que se "enguachisne" la mayonesa y se corte.
-Cortamos el queso fresco en dados. También se puede usar queso feta o queso de cordón rumano. Lo importante es que aporte una nueva textura a la mezcla y no tenga un sabor demasiado fuerte o se peleará con el de la mayonesa dejando un regusto raro.
-Cuando las verduras, el atún y las aceitunas estén bien secas las echamos en un recipiente grande y lo mezclamos todo bien con el jamón cocido, el queso y la mayonesa. Luego lo metemos en la nevera y lo dejamos unas cuatro horas para que se enfríe bien. Es importante que el plato se sirva muy frío, así que acordáos de hacerlo con bastante tiempo de antelación.
-Al servir echamos una buena cantidad en un plato hondo y le picamos dos o tres palitos de cangrejo por encima para que le de color y sabor. Añadimos el huevo duro cortado en cuatro gajos y rayamos un poco de yema cocida por enima.
Y listos. Como ya os dije, más fácil imposible. Es un estupendo plato único, y como guarnición de cualquier carne a la plancha cumple perfectamente. También podéis usarlo con minitostas en frío o incluso con picatostes, y por supuesto que podéis añadirle espárragos escurridos, manzana o aguacate. Lo importante es que le déis vuestro toque personal.
Trucos:
-Si antes de echar la mayonesa la mecláis con un yoghurt natural cremoso sin azúcar ganareis en frescura y aroma.
-Dejad que se sequen bien los ingredientes, usad una mayonesa fuerte, no utilicéis palitos de surimi frescos y dadle tiempo a la receta para que se enfríe en la nevera. Con eso vamos listos.
Alternativa comehierba:
Pues aunque parezca raro no es tan fácil. Se le puede quitar el surimi, el jamón, el atún, el huevo y cambiar la mayonesa por una salsa de yoghur o un satsiki, aunque por supuesto no es lo mismo ni de lejos. De todas formas si eres vegetariano ya estarás acostumbrado a que tus comidas sean casi tan divertidas como un accidente de tráfico en cadena, así que no se pierde demasiado ^_~.
Y eso es todo, espero que lo disfrutéis y la hagáis vuestra probando diferentes ingredientes. Cocinad y disfrutad, y no paséis demasiado calor.
Más sencilla no la vais a encontrar, y si le tenéis tirria a la mayonesa... Pues lo siento, Johnny, son solo negocios.
Ensaladilla Rusa velocidad-luz.
Complejidad: 2/10
Tiempo: 10 min.
Ingredientes (para varios días):
5 cucharadas grandes de mayonesa Musa (sí, tiene que ser de esa marca o bien de otra con un buen chorro de vinagre de jerez).
1-2 huevos por persona.
2-3 tarros grandes de macedonia de verdura (ya sabéis, esas que traen patata cocida, judías verdes redonditas, guisantes y zanahorias)
1 lata grande de aceitunas sin hueso.
2-3 latitas de atún en su jugo. Nada de aceite, ni aunque sea de oliva.
10 palitos de cangrejo de los congelados de toda la vida. No uséis tipo krissia que se desmenuzan en laminilla.
100 grs. de jamón cocido.
200 gramos -por decir una cantidad- de queso fresco. (Que sea queso con textura de queso, no esos flanes de plástico que venden).
Preparación:
Más sencilla imposible:
-Ponemos agua a hervir y cocemos los huevos. Por si alguien no sabe aún cómo se hace, no hay más que poner el agua a hervir y hacer un pequeño orificio en la parte superior de la cáscara de los huevos con la ayuda de un cuchillo de carne con punta (hacedlo con cuidado: No se trata de apuñalar salvajemente al huevo, sino de darle un punterazo rápido y suave). Cuando el agua hierva (suelte burbujitas) echamos un buen puñado de sal marina e introducimos los huevos con la ayuda de un cucharón, con cuidado de que no se nos rompan. El tiempo es lo más delicado: si os gustan cuajados, es decir, que la yema esté un poco húmeda, dejadlo ocho minutos. Si los preferís muy hechos, dejadlos doce. Recordad que cuanto más hechos estén, mejor se pelan. Una vez cocidos los huevos los remojamos en agua fría para que pierdan temperatura y dejen de cocer. Acto seguido los metemos en la nevera.
-En un chino o colador grande echamos el contenido de los botes de macedonia vegetal, las aceitunas y el atún. Lo remojamos todo bien para que pierda el sabor de los conservantes del tarro y esperamos a que deje de gotear. Esto es importante si no queréis que se "enguachisne" la mayonesa y se corte.
-Cortamos el queso fresco en dados. También se puede usar queso feta o queso de cordón rumano. Lo importante es que aporte una nueva textura a la mezcla y no tenga un sabor demasiado fuerte o se peleará con el de la mayonesa dejando un regusto raro.
-Cuando las verduras, el atún y las aceitunas estén bien secas las echamos en un recipiente grande y lo mezclamos todo bien con el jamón cocido, el queso y la mayonesa. Luego lo metemos en la nevera y lo dejamos unas cuatro horas para que se enfríe bien. Es importante que el plato se sirva muy frío, así que acordáos de hacerlo con bastante tiempo de antelación.
-Al servir echamos una buena cantidad en un plato hondo y le picamos dos o tres palitos de cangrejo por encima para que le de color y sabor. Añadimos el huevo duro cortado en cuatro gajos y rayamos un poco de yema cocida por enima.
Y listos. Como ya os dije, más fácil imposible. Es un estupendo plato único, y como guarnición de cualquier carne a la plancha cumple perfectamente. También podéis usarlo con minitostas en frío o incluso con picatostes, y por supuesto que podéis añadirle espárragos escurridos, manzana o aguacate. Lo importante es que le déis vuestro toque personal.
Trucos:
-Si antes de echar la mayonesa la mecláis con un yoghurt natural cremoso sin azúcar ganareis en frescura y aroma.
-Dejad que se sequen bien los ingredientes, usad una mayonesa fuerte, no utilicéis palitos de surimi frescos y dadle tiempo a la receta para que se enfríe en la nevera. Con eso vamos listos.
Alternativa comehierba:
Pues aunque parezca raro no es tan fácil. Se le puede quitar el surimi, el jamón, el atún, el huevo y cambiar la mayonesa por una salsa de yoghur o un satsiki, aunque por supuesto no es lo mismo ni de lejos. De todas formas si eres vegetariano ya estarás acostumbrado a que tus comidas sean casi tan divertidas como un accidente de tráfico en cadena, así que no se pierde demasiado ^_~.
Y eso es todo, espero que lo disfrutéis y la hagáis vuestra probando diferentes ingredientes. Cocinad y disfrutad, y no paséis demasiado calor.
lunes, 9 de agosto de 2010
#5 Milhojas petadita de gambas rollito oriental
El sábado fue un día estupendo: Eva me despertó (a las dos de la tarde) llevándome un delicioso revuelto de huevos con pimientos verdes de huerto a la cama, vimos unas pelis bastante chulas y, para colmo, terminamos a las ocho de la mañana bebiendo Ferné y Tequila sunrise bajo la lluvia en pleno apagón eléctrico con Danny Patry y Silvia (gracias por el apoyo a todos ^__^) ¿se puede pedir más? Pues sí, crear un plato nuevo y que encima esté bueno.
Y como el experimento fue un éxito, ahí os paso la receta ^_~
Milhojas petadilla de gambas rollito oriental
Complejidad: 5/10
Tiempo: 40-50 min.
Ingredientes:
Un poquito de mantequilla
300 grs. de queso de untar tipo Philadelphia.
2 placas de hojaldre de la marca que prefiráis.
500 grs. de gambas peladas mínimo. (Si os gusta con más gambas, echadle más).
9 palitos de cangrejo (surimi, vaya).
1 zanahoria.
2 dientes de ajo
1/2 cebolla mediana.
2-3 tomates de ensalada.
Brotes de soja en conserva (con un tarro pequeño va de sobra)
Vinagre de arroz (de venta en cualquier tienda de alimentación de chinos).
Vino blanco.
Salsa mayonesa de envase tipo ketchup.
Salsa barbacoa.
Una gota de aceite.
Sal.
Preparación:
1.-Hojaldre inferior.
-Precalentamos el horno a 180 (seguid las instrucciones del fabricante de las placas de hojaldre que compréis)
-Untamos una bandeja de horno con mantequilla, cubrimos el fondo y parte de las paredes con una de las placas de hojaldre y la introducimos en el horno precalentado. Esperad a que se dore un poquito, unos quince minutos suelen ser suficiente.
-No olvidéis pinchar la masa con un tenedor antes de meterla al horno para que no suba demasiado.
-Mientras se calienta, os ponéis con el relleno:
2.-El relleno.
-Picamos la media cebolla, laminamos los dientes de ajo y cortamos la zanahoria en juliana y el tomate en dados gruesos (Truco: para cortar el tomate usad un cuchillo de sierra y no apretéis, si no os saldrá todo el jugo disparado).
-En una sartén echamos una gota de aceite y comenzamos a calentar a fuego lento.
-Echamos en la sartén las zanaorias cortadas en juliana y la cebolla muy picadita (El tomate NO lo echamos, tiene que quedar fresco). Añadimos un poco de sal para ayudar al fuego y dejamos pochando (a fuego lento).
-Cuando la cebolla transparentee un poco (¿Existe esa palabra?), echamos las gambas y le damos un par de vueltas para que cojan color y suelten todo el juguito del agua de mar. Probamos y echamos un poquito de sal. A continuación vertemos el vino (medio vasito, más o menos) y un chorro más que generoso de vinagre de arroz. El vinagre de arroz tiene un sabor muy oriental, como a sushi, ya que es lo que se utiliza para el arroz en ese plato japonés. Es aromático y delicioso, y no es tan fuerte como el vinagre español, así que no os cortéis. Echamos los brotes de soja.
-Cocemos unos dos minutos y retiramos del fuego.
3.-Montando la empanada.
-Sacamos la bandeja del horno con el primer piso de nuestro hojaldre bien doradito.
-Con cuidado de no quemarnos (sí, ya, pero por si las moscas), ponemos una buena capa de queso tipo Philadelphia encima del hojaldre (si os dá mucho problema verterlo y dadle vueltas con una cuchara grande apretando un poco. Es cuestión de práctica). Digo tipo Philadelphia porque no hace falta que sea de los caros. Yo utilizo el de marca blanca de Ahorra Más, el Alipende, que está mil veces mejor y más barato que el Philadelphia (excepto para la tarta de queso estilo New York. Uhm... En cuanto tenga la tarde libre os pongo esa receta). También podéis usar otras marcas, claro, en vuestras manos está.
-Una vez extendido homogéneamente el queso crema sobre la capa inferior del hojaldre lo cubrimos con los dados de tomate que cortamos al principio. Tratad que quede bien cubierto. Si os hace fata, cortad otro tomate.
-Encima del tomate echamos las gambas, las cebollas, los brotes de soja, los ajos y las zanahorias que cocimos en vino y vinagre previamente. Colad el caldo y reservarlo para un arrocito o un risoto. No pasa nada porque caigan unas gotas al relleno, pero si os pasáis el hojaldre saldrá "enguachisnao", así que eso: mejor coladlo por si las moscas.
-Sobre las gambas echamos los palitos de cangrejo cortados en taquitos. Aquí si tengo que pijear un poco. Mejor usad los Pescanova, pero no los de congelador, sino los de la nevera, en plan frescos, que son tipo Krissia. También podéis usar krissia, claro, eso es demasiada pasta para mí pero si tenéis bolsillo para eso, me alegro por vosotros ^__^.
-Sobre todo lo que ya hemos metido en la bandeja del horno echamos un pellizquito de sal, molemos unos buenos granos de pimientas negra y verde, y regamos muy generosamente con vinagre de arroz.
-Finalmente llega el punto clave de este plato. Sé que parece cutre, pero veréis como es importante: Oled la bandeja de horno. Huele bien, ¿verdad? Pues ahora echadle unos buenos chorros de mayonesa por encima, un zigzag de ida y vuelta que cubra bien los ingredientes con una capa fina, de unos dos milímetros como mucho, nada de pegotes. Una vez hecho esto le echáis como un chorrito de salsa barbacoa finito cada cuatro cinco centímetros de un lado a otro. ¿Parece una catetada? Ok, oled de nuevo la bandeja. Flipante, ¿eh? El ahumado de la barbacoa se une al marino de las gambas, al rollito oriental de la soja con el vino blanco y al puntito exótico del vinagre de arroz, dando un aroma impresionante. Pues ale, alejad la napia que hay que terminar.
-Cubrimos toda la mezcla con la segunda placa de hojaldre, metiéndola por los bordes para que quede sellado y bonito; una vez más: no os queméis. Luego agujereamos bien el hojaldre con un tenedor y lo pintamos con mantequilla, para eso, dejad la mantequilla a temperatura ambiente una media hora u hora y media, según la temperatura del día, claro.
-Y listos, metemos la bandeja una vez más al horno hasta que esté doradito y crujiente, de unos 20 a 25 minutos, según horno y fabricante.
Trucos:
-Caliente está buena, pero con el calor que hace ahora merece la pena tomarla fría, que está incluso mejor. Envolvedla bien en papel film al meterla en la nevera para que no se seque, o incluso en papel de cocina, así os será más fácil desenvolverla.
-La temperatura del fuego en la sartén: nunca debe estar demasiado alto. Recordad: Si hay varios tipos de fuego es por algo.
-Para comer fuera puede ser un poquito aparatosa. Si tenéis pensado llevarosla a conocer mundo envasadla en unas buenas fiambrerillas (no, no voy a decir tupper)
Alternativa Comehierba:
-Empanadas hay muchas y de muchos tipos, pero esta tiene difícil la alternativa vegetariana. Siempre podéis probarla con calabacín en dados y setas shiitake o champiñones en vez de gambas, pero no va a ser lo mismo. Prometo poner la receta de la empanada de pisto más adelante.
A disfrutar:
-Pues eso mismo, una buena botella de vino blanco o un mostito bien dulce son el contrapunto perfecto de este plato. Espero que lo disfrutéis ^_^
viernes, 6 de agosto de 2010
#4 "Bolli-tostas" de gambitas al ajillo.
Volvemos a las recetas fáciles, sencillitas y rápidas de hacer (Danny, ya sabes lo que vas a cenar esta noche, tira pa kely después del curro): Unas sencillas tostas un poquito diferente que sirven tanto como aperitivo en caso de tener invitados como de cena ligerita y satisfactoria.
Va dedicada a Shei, que se me va mañana al pueblo de vacaciones. Niña... que tengas buen viaje y todo eso. Ya voy comprando el billete pa madrid pa cuando vuelvas ^_~.
Y después de este ataque de adolescente con coletas facebookera, me pongo el gorro de chef y al lío.
Ingredientes (para ocho unidades):
Una cucharada de mantequilla con sal
250 grs. de gambas crudas.
4 bollitos de leche grandes o tipo hot-dog.
4 dientes de ajo.
Perejil fresco.
Mezcla de pimientas (negra, verde y roja)
Aceite.
Una pizca de sal.
Mayonesa en envase tipo ketchup.
Preparación:
1.- Todo listo:
-Sacamos las gambas y, en caso de haberlas comprado frescas, las pelamos. Os recomiendo comprarlas ya peladas y congeladas. No es exactamente lo mismo pero te ahorras una barbaridad de trabajo. Una vez las tengamos peladas es interesante cocerlas un poquito para que no nos queden crudas. Basta con que las metáis un segundo en agua caliente o las marquéis en la sartén un instante, lo justo para que dejen de estar transparentes y comiencen a adoptar ese color blanquecino que las caracteriza. En ese momento las sacamos del fuego y las reservamos en un cuenco.
-Picamos el perejil fresco y laminamos muy fino el ajo. Si tenemos algún invitado que no soporte los trozos de ajo u os desagrada a vosotros, siempre podéis utilizar ajo en polvo, aunque no es lo mismo. También podéis mentir como bellacos y decir que el plato lleva ajo en polvo en vez de laminado aunque sea mentira. Yo lo hago.
-Cogemos una bandeja de horno y untamos la base de mantequilla para que no se peguen los panes y nos queden jugositos.
2.- Montando las bollitostas.
-Precalentamos el horno a 180º unos diez minutos.
-En la bandeja untada de mantequilla ponemos los cuatro bollitos de leche o de hot-dog abiertos en dos (lo que vienen siendo ocho tostas) con la cara interna (por donde las hemos cortado) hacia arriba.
-Le echamos un chorrito de aceite por encima (sólo unas gotas) y vertemos la mayonesa sobre los panes haciendo un zig-zag. Es importante que la mayonesa sea de las que vienen en tarro tipo ketchup, es decir, de las que aprietas el envase y sale un chorrillo; así nos aseguramos de echar la cantidad justa (con un zigzaguéo elegante sobre el pan vamos de sobra). Tampoco compréis una mayonesa demasiado cara ni demasiado fuerte. Con una genérica suavita ya nos vale.
-Sobre la mayonesa ponemos un poco de ajo cortado en láminas finitas o un poco de ajo en polvo, esparcimos un poco de perjil picado y colocamos las gambas amontonadas para que quede aparente.
-Sobre las gambas echamos, en este orden:
Una pizca de sal;
sobre ésta, un nuevo zigzaguéo de mayonesa;
un buen puñado de ajo (laminado o en polvo);
perejil bien picado;
aceite para que se dore al horno
y otro buen pellizco de la mezcla de pimientas. Si os gusta mucho el picante podéis cambiar la pimienta por un poco de chile picado sin pepitas ni membranas blancas, o tal vez un pellizquito de cayena molida suavizada con pimiento seco.
3.- Al horno:
Con el horno a 180º lo dejamos de cinco a siete minutos más o menos. Cuando veáis que el pan comienza a tostarse por las puntas es el momento de sacarlo.
Trucos:
-Siempre podéis usar tostas de toda la vida: rebanadas de un buen pan de pueblo o de chapata, sin embargo la gracia de estas "bollitostas" está en la mezcla de las texturas: Por un lado crujiente y delicioso en los bordes, por otro jugoso y delicado en la miga, y, finalmente, tierno y buenísimo en las gambas. Ah, y si no lo habéis probado nunca, preparáos para sorprenderos por el sabor de la mayonesa suave al horno, es una delicia.
Combinaciones:
-Está claro que esta receta tiene mil combinaciones. Siguiendo el mismo patrón podéis usar surimi, angulas, rape cocido, langostinos... Pero también podéis cambiar todos los ingredientes y crear vuestras propias bollitostas. Con chorizo carnoso y poco graso, mermelada de tomate y queso curado sale algo realmente especial, y lo mismo sucede con el paté y la cebolla caramelizada y con los champiñones, la crema de vinagre y la carne de caza. Investigad, porque las posibilidades son infinitas y podéis crear algo realmente elegante y que a la vez esté bien bueno.
Alternativa comehierba.
-Pues la que vosotros queráis. Con calabacín cortado en taquitos, tomate en dados y un poco de cebolla caramelizada, bien regado con pimentón ahumado y sal marina saldréis exitosos, y también podéis usar una mezcla de pimientos asados (verde rojo y amarillo con un poco de ajo), una parrillada de verduras... lo que se os antoje.
Pues ale, ahí os la dejo. Esta vez no tenéis excusa para no probarla en casa, que más sencilla imposible. De verdad que está deliciosa y que el resultado es sorprendente dado lo sencillo de la preparación y lo barato de los ingredientes. Gracias, Patricia, por recordarme hablar de esto, y Shei... buen viaje ^_~
Va dedicada a Shei, que se me va mañana al pueblo de vacaciones. Niña... que tengas buen viaje y todo eso. Ya voy comprando el billete pa madrid pa cuando vuelvas ^_~.
Y después de este ataque de adolescente con coletas facebookera, me pongo el gorro de chef y al lío.
Bollitostas de Gambitas al ajillo
Complejidad: 2/10
Tiempo: 10 minutos
Autor: Eh... creo que voy a empezar a dejar de poner esta chorrada.
Ingredientes (para ocho unidades):
Una cucharada de mantequilla con sal
250 grs. de gambas crudas.
4 bollitos de leche grandes o tipo hot-dog.
4 dientes de ajo.
Perejil fresco.
Mezcla de pimientas (negra, verde y roja)
Aceite.
Una pizca de sal.
Mayonesa en envase tipo ketchup.
Preparación:
1.- Todo listo:
-Sacamos las gambas y, en caso de haberlas comprado frescas, las pelamos. Os recomiendo comprarlas ya peladas y congeladas. No es exactamente lo mismo pero te ahorras una barbaridad de trabajo. Una vez las tengamos peladas es interesante cocerlas un poquito para que no nos queden crudas. Basta con que las metáis un segundo en agua caliente o las marquéis en la sartén un instante, lo justo para que dejen de estar transparentes y comiencen a adoptar ese color blanquecino que las caracteriza. En ese momento las sacamos del fuego y las reservamos en un cuenco.
-Picamos el perejil fresco y laminamos muy fino el ajo. Si tenemos algún invitado que no soporte los trozos de ajo u os desagrada a vosotros, siempre podéis utilizar ajo en polvo, aunque no es lo mismo. También podéis mentir como bellacos y decir que el plato lleva ajo en polvo en vez de laminado aunque sea mentira. Yo lo hago.
-Cogemos una bandeja de horno y untamos la base de mantequilla para que no se peguen los panes y nos queden jugositos.
2.- Montando las bollitostas.
-Precalentamos el horno a 180º unos diez minutos.
-En la bandeja untada de mantequilla ponemos los cuatro bollitos de leche o de hot-dog abiertos en dos (lo que vienen siendo ocho tostas) con la cara interna (por donde las hemos cortado) hacia arriba.
-Le echamos un chorrito de aceite por encima (sólo unas gotas) y vertemos la mayonesa sobre los panes haciendo un zig-zag. Es importante que la mayonesa sea de las que vienen en tarro tipo ketchup, es decir, de las que aprietas el envase y sale un chorrillo; así nos aseguramos de echar la cantidad justa (con un zigzaguéo elegante sobre el pan vamos de sobra). Tampoco compréis una mayonesa demasiado cara ni demasiado fuerte. Con una genérica suavita ya nos vale.
-Sobre la mayonesa ponemos un poco de ajo cortado en láminas finitas o un poco de ajo en polvo, esparcimos un poco de perjil picado y colocamos las gambas amontonadas para que quede aparente.
-Sobre las gambas echamos, en este orden:
Una pizca de sal;
sobre ésta, un nuevo zigzaguéo de mayonesa;
un buen puñado de ajo (laminado o en polvo);
perejil bien picado;
aceite para que se dore al horno
y otro buen pellizco de la mezcla de pimientas. Si os gusta mucho el picante podéis cambiar la pimienta por un poco de chile picado sin pepitas ni membranas blancas, o tal vez un pellizquito de cayena molida suavizada con pimiento seco.
3.- Al horno:
Con el horno a 180º lo dejamos de cinco a siete minutos más o menos. Cuando veáis que el pan comienza a tostarse por las puntas es el momento de sacarlo.
Trucos:
-Siempre podéis usar tostas de toda la vida: rebanadas de un buen pan de pueblo o de chapata, sin embargo la gracia de estas "bollitostas" está en la mezcla de las texturas: Por un lado crujiente y delicioso en los bordes, por otro jugoso y delicado en la miga, y, finalmente, tierno y buenísimo en las gambas. Ah, y si no lo habéis probado nunca, preparáos para sorprenderos por el sabor de la mayonesa suave al horno, es una delicia.
Combinaciones:
-Está claro que esta receta tiene mil combinaciones. Siguiendo el mismo patrón podéis usar surimi, angulas, rape cocido, langostinos... Pero también podéis cambiar todos los ingredientes y crear vuestras propias bollitostas. Con chorizo carnoso y poco graso, mermelada de tomate y queso curado sale algo realmente especial, y lo mismo sucede con el paté y la cebolla caramelizada y con los champiñones, la crema de vinagre y la carne de caza. Investigad, porque las posibilidades son infinitas y podéis crear algo realmente elegante y que a la vez esté bien bueno.
Alternativa comehierba.
-Pues la que vosotros queráis. Con calabacín cortado en taquitos, tomate en dados y un poco de cebolla caramelizada, bien regado con pimentón ahumado y sal marina saldréis exitosos, y también podéis usar una mezcla de pimientos asados (verde rojo y amarillo con un poco de ajo), una parrillada de verduras... lo que se os antoje.
Pues ale, ahí os la dejo. Esta vez no tenéis excusa para no probarla en casa, que más sencilla imposible. De verdad que está deliciosa y que el resultado es sorprendente dado lo sencillo de la preparación y lo barato de los ingredientes. Gracias, Patricia, por recordarme hablar de esto, y Shei... buen viaje ^_~
jueves, 5 de agosto de 2010
#3 Gazpachos
Lo prometido es deuda. Después del último plato, contundente como él solo, nada mejor que un gazpachito ligerito para recuperar la forma, ¿no? Eso sí, me refiero al gazpacho andaluz, ya sabéis, esa sopa fría de tomate que las marcas se empeñan en intentar vendernos envasadas una y otra vez con un resultado más que pésimo. Existe otro tipo de gazpacho, el gazpacho manchego: un plato de pastor que lleva tortas de gazpacho (creo que están hechas de harina de pitos, pero ahora mismo no sabría deciros) caza, laurel, aceite... es un plato más propio del invierno, así que en cuanto empiece el frío aparecerá por aquí.
Pero centrándonos en la sopa fría, en el universo de los gazpachos (según se tira por el cinturón de Orión a la derecha nada más llegar al cometa Halley), existe una cantidad casi infinita de posibilidades: Con tomate, con fresas, sin tomate, con zanahoria, doble de vodka... Escribir todas las recetas posibles elaboradas a partir del gazpacho tradicional es casi imposible, o por lo menos un soberano coñazo; aún así, me parece un poco cutre poner tan sólo la del gazpacho de toda la vida, porque total, para eso ya hay mil blogs, ¿no? Por eso vamos a poner unas cuantas para que así, a partir de ahí, podáis realizarle todas las modificaciones que se os ocurran.
Ingredientes:
1kg. de tomates maduros bien rojos.
2 pimientos verdes.
1 pepino pequeño
2 dientes de ajo.
100 ml. de aceite.
Pan de ayer (Unos cien gramos)
Agua
Vinagre
Sal
La preparación es tan simple como obvia, y no requiere mayor complejidad que tener una buena batidora y una nevera que enfríe rápido.
Paso 1: Preparar las hortalizas y el pan.
Antes que nada cogemos el pan de ayer y lo metemos en agua hasta que esté blandito.
Luego pelamos los tomates y los pimientos. Lo mejor es escalfarlos en agua caliente unos segundos y luego meterlos en agua fría, así se les quita la piel en un santiamén sin tener que utilizar más que los dedos. En el caso de los pimientos, después de escalfarlos quitadles la membrana blanca interior y las pepitas. El método más cómodo es introducir el pulgar por dónde está el rabito para abrirlos, partirlos con las manos y arrancadle la dichosa membrana, que aprendan que con vosotros nu juega nadie. También podéis usar un cuchillo, claro, pero es más lento e infinitamente menos divertido.
Pelamos el pepino con un pelador, que es el mejor aporte de las tiendas de chinos después de los felpudos y las escobillas de baño. Antes costaban una pasta...
Finalmente pelamos los dos dientes de ajo y los machacamos. No es necesario machacarlos, ya que van a ir a la batidora, pero me parece que dan un sabor diferente si lo hacemos. ¿Quién sabe? A lo mejor es paranoia mía.
Paso 2: Bati-bati-batidora...
Cortamos las hortalizas... ¿o son verduras? Bueno, lo que sea, en tacos y las metemos en el vaso de la batidora: el pepino, los pimientos, los tomates y el ajo.
Batimos hasta que quede un buen puré y le echamos el aceite, el pan mojado, un poco de vinagre y un poco de sal (sólo un poco, ya rectificaremos luego)
Volvemos a batir hasta que esté todo perfectamente mezclado. Nos saldrá una pasta bastante densa, así que ha llegado el momento de echarle el agua. No os compliquéis demasiado la vida: echad agua hasta que alcance la textura que deséeis. Eso sí, tened en cuenta que si váis a servirlo en vaso debe quedar algo más suelto que si lo váis a consumir con cuchara.
Una vez bien batido y con la textura deseada, lo probamos y rectificamos de sal y vinagre. La gente suele usar vinagre de vino blanco o incluso esas chorradas de vinagre de fresas o de vino blanco que tan de moda están últimamente. Yo, personalmente, prefiero un buen vinagre de jerez, aunque eso es cosa vuestra.
Paso 3: y listos.
Ya sólo queda servirlo en un recipiente ancho para que se enfríe antes y meterlo unas horitas en la nevera para que esté bien frío.
Pero centrándonos en la sopa fría, en el universo de los gazpachos (según se tira por el cinturón de Orión a la derecha nada más llegar al cometa Halley), existe una cantidad casi infinita de posibilidades: Con tomate, con fresas, sin tomate, con zanahoria, doble de vodka... Escribir todas las recetas posibles elaboradas a partir del gazpacho tradicional es casi imposible, o por lo menos un soberano coñazo; aún así, me parece un poco cutre poner tan sólo la del gazpacho de toda la vida, porque total, para eso ya hay mil blogs, ¿no? Por eso vamos a poner unas cuantas para que así, a partir de ahí, podáis realizarle todas las modificaciones que se os ocurran.
Gazpachos
1.-Gazpacho gaditano
Gazpacho tradicional de Cádiz
Complejidad: 4-5/10
Tiempo: 15 min.
Autor: Puuuf... Vaya usted a saber.
Ingredientes:
1kg. de tomates maduros bien rojos.
2 pimientos verdes.
1 pepino pequeño
2 dientes de ajo.
100 ml. de aceite.
Pan de ayer (Unos cien gramos)
Agua
Vinagre
Sal
La preparación es tan simple como obvia, y no requiere mayor complejidad que tener una buena batidora y una nevera que enfríe rápido.
Paso 1: Preparar las hortalizas y el pan.
Antes que nada cogemos el pan de ayer y lo metemos en agua hasta que esté blandito.
Luego pelamos los tomates y los pimientos. Lo mejor es escalfarlos en agua caliente unos segundos y luego meterlos en agua fría, así se les quita la piel en un santiamén sin tener que utilizar más que los dedos. En el caso de los pimientos, después de escalfarlos quitadles la membrana blanca interior y las pepitas. El método más cómodo es introducir el pulgar por dónde está el rabito para abrirlos, partirlos con las manos y arrancadle la dichosa membrana, que aprendan que con vosotros nu juega nadie. También podéis usar un cuchillo, claro, pero es más lento e infinitamente menos divertido.
Pelamos el pepino con un pelador, que es el mejor aporte de las tiendas de chinos después de los felpudos y las escobillas de baño. Antes costaban una pasta...
Finalmente pelamos los dos dientes de ajo y los machacamos. No es necesario machacarlos, ya que van a ir a la batidora, pero me parece que dan un sabor diferente si lo hacemos. ¿Quién sabe? A lo mejor es paranoia mía.
Paso 2: Bati-bati-batidora...
Cortamos las hortalizas... ¿o son verduras? Bueno, lo que sea, en tacos y las metemos en el vaso de la batidora: el pepino, los pimientos, los tomates y el ajo.
Batimos hasta que quede un buen puré y le echamos el aceite, el pan mojado, un poco de vinagre y un poco de sal (sólo un poco, ya rectificaremos luego)
Volvemos a batir hasta que esté todo perfectamente mezclado. Nos saldrá una pasta bastante densa, así que ha llegado el momento de echarle el agua. No os compliquéis demasiado la vida: echad agua hasta que alcance la textura que deséeis. Eso sí, tened en cuenta que si váis a servirlo en vaso debe quedar algo más suelto que si lo váis a consumir con cuchara.
Una vez bien batido y con la textura deseada, lo probamos y rectificamos de sal y vinagre. La gente suele usar vinagre de vino blanco o incluso esas chorradas de vinagre de fresas o de vino blanco que tan de moda están últimamente. Yo, personalmente, prefiero un buen vinagre de jerez, aunque eso es cosa vuestra.
Paso 3: y listos.
Ya sólo queda servirlo en un recipiente ancho para que se enfríe antes y meterlo unas horitas en la nevera para que esté bien frío.
2.- Gazpacho "a mi manera".
Tiempo: 10-15 min.
Complejidad: 4/10
Autor: Una variación del de mi madre
Autor: Una variación del de mi madre
Ingredientes:
1kg. de tomates maduros rojos (da igual el tipo, sólo importa que esté bien rojo).
2 dientes de ajo.
1 cebolla.
Sal.
Vinagre de Módena.
Pimienta roja, verde y negra molida.
La preparación es la misma que la del otro, sólo que nos ahorramos las grasas del aceite y el pan, amén de cambiar el pepino por una cebolla (bueno, es que lo otro me da acidez).
Resulta un gazpacho más claro, mucho más intenso y delicioso.
Ideal para echarle una tortilla picada y unos taquitos de jamón de serrano y disfrutar a golpe de cuchara.
3.- Gazpacho elegante
Complejidad: 4-5/10
Tiempo: 15 min.
Ingredientes:
1/5 Kg de tomates
1/5 KG de frutos maduros rojos: Cereza, Sandía, fresas... incluso puede utilizarse remolacha.
1 pimiento verde grande
1 pepino pequeño o media cebolla
1/5 cebolla morada
Agua
100grs. de pan duro humedecido
Aceite
Vinagre
Sal.
Pues lo mismo que el tradicional solo que con frutos rojos. El resultado es impresionante y se ha puesto muy de moda en las ocinas del pijerío. Lo importante es compensar siempre la modernidad con la tradición y respetar las mismas cantidades de fruta que de tomate.
Resulta estupendo acompañado de unos taquitos de persimon, manzana o paraguayos.
4.- Gazpacho crema.
Complejidad: 4/10
Tiempo: 10 min.
Autor: Rafa
Ingredientes:
700-800 gr. tomate tamizado.
1 Pimiento verde grande.
1 cebolla mediana
3 dientes de ajo
100 ml. vino blanco
6 quesitos en porciones
Perejil fresco
Orégano tostado
Vinagre de jerez
Queso viejo en daditos
Jamón serrano en taquitos
Picatostes (pan frito cortado en taquitos)
Sal.
Elaboración:
-Echamos el tomate tamizado, el pimiento perfectamente pelado y sin pepitas ni membrana, los 3 dientes de ajo machacados y el quesito en el vaso de la batidora y los mezclamos bien.
-Luego echamos un poco de perejil, el vino blanco, un chorrito de vinagre de jerez y un pellizco de sal y volvemos a batir, añadiendo agua si la mezcla espesa demasiado (con medio vaso de agua suele ser suficiente).
-Lo enfriamos en la nevera y lo servimos en plato sopero espolvoreando con los dados de queso, los picatostes, el jamón serrano y adornado con un poco de perejil y orégano. También se le pueden echar unas gotas de salsa de soja al plato para adornar.
Es un plato exquisito, más refinado que el tradicional y que siempre triunfa.
Algunos consejos:
-El tomate es lo más importante del gazpacho, que SIEMPRE sea bien rojo.
-Hay que servirlo SIEMPRE frío. No os cortéis y echadle unos cubitos de hielo a la sopera si queréis que se mantenga frío en la mesa mientras lo servís.
-Acompañadlo de un vino blanco o una cerveza bien fría. Sin alcohol, pues... un ginger ale o un zumo de manzana no demasiado dulce.
-Si tenéis el día tonto, haced la prueba y echadle un vaso de vodka, algo de apio, unas gotas de tabasco y un buen puñado de pimienta negra y verde. Sí, es como zamparse un bloody mary con cuchara, pero está buenísimo.
-Finalmente, si váis a experimentar, hacedlo en pequeñas cantidades por si las moscas.
Alternativa Comehierba: ¿Estáis de guasa? ¡Este es un plato vegano 100%! ahorraos los taquitos de jamón y echadle unos picatostes o algo así.
En fin, con este sí que no tenéis excusa. Ale, probad y ya me diréis que tal.
Oh, y gracias por leer. Pensé que a estas alturas nadie estaría leyendo ^__^.
miércoles, 4 de agosto de 2010
La ecoligera de Daniel
Ya, ya sé que hoy tocaba gazpacho y que esta entrada no es ninguna receta, pero como al final hoy toca piscina con Patri y su argentino, voy a tener que dejar el gazpachito para mañana (y hombre, la idea es poner las recetas que hago ese mismo día). Así que, como voy a repetir el enrollado y voy a dejar el gazpacho para mañana, me voy permitir cascar un poco sobre la estupidez humana.
Después de estos dos anuncios me levanté y me fui a la cocina para echarle un vistazo a la garrafa de agua que solemos comprar normalmente, una de esas de super que cuesta unos 60 cent.
Descubrí que:
a) tiene 6,5l (un cuarto de litro más que la de "x", que ya hemos dicho que es Fontvella).
Así que guay por la novedosa idea de los colegas de la marca x (que sí, sigue siendo Fontvella), que según ellos son los primeros en hacer lo mismo que lleva haciendo mi garrafa desde que empecé a comprarla hace tres años. Bravo por ese ahorro del supuesto 40% al comprar una garrafa de 6,25 litros a 1.40, cuando mi garrafa de 6,5 l. es ecológica, es retornable, y cuesta menos de la mitad: 60 cents.
Y por supuesto, bravo por esos tíos tan majos que se preocupan de que la publicidad sea sana y veraz.
Se están cubriendo de gloria; eso sí, a costa de nuestros bolsillos. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa?
Y es que... hay tres cosas en este mundo que me molestan de verdad. Bueno, no, cinco. Este... ¿doce?. Oh, de acuerdo, me molesta casi todo, soy la persona más irritable del mundo, pero entre esas cosas hay una que me cabrea una barbaridad, y es que se metan con mi especie (los seres humanos, quiero decir, no la de los tíos calvos con barba, que eso es otra historia). Y si hay algo que se meta de verdad con las personas llamándolas idiotas, imbéciles y riéndose en nuestra cara, esto es la publicidad. Especialmente la que sale en la tele.
¿Me váis siguiendo?
Guay. Precisamente el otro día, justo después de tragarme las dos horas y pico infumables de los Tennembaun, pusieron dos anuncios seguidos que me hicieron reír a carcajadas por no llorar a moco tendido. El primero era de agua, el de la ecoligera de Daniel, ya sabéis cuál os digo, ese en el que sale un mocoso en clase explicando que su familia es super ecológica y ahorra una barbaridad porque compran la garrafa de la marca "x" (que es la forma de decir la marca pero en tapadillo. Así me ahorro tener que escribir Fontvella).
Dejando aparte las ganas de llamar a los de asuntos sociales para que le retiren la custodia a los padres del chiquillo que hace de actor, que en el anuncio está tranformado en un maniquí amanerado tan brutalmente edulcorado que él solito podría cargarse a toda una convención de diabéticos; el hecho es que anuncian el producto como una idea super novedosa porque:
a) tiene 6,25l.
b) está envasada en material ecológico.
c) sale más barata que comprarla a golpe de litros por separado.
Guay.
El segundo anuncio, curiosamente, era el de... no recuerdo su nombre. Esos que dicen que están ahí para controlar que la publicidad sea sana y veraz, para que los canales no se pasen del tiempo fijado y para llevarse las subvenciones de sus primos del gobierno.
Después de estos dos anuncios me levanté y me fui a la cocina para echarle un vistazo a la garrafa de agua que solemos comprar normalmente, una de esas de super que cuesta unos 60 cent.
Descubrí que:
a) tiene 6,5l (un cuarto de litro más que la de "x", que ya hemos dicho que es Fontvella).
b) está envasada en material ecológico.
c) sale más barata que comprarla a golpe de litros por separado.
Y por supuesto, bravo por esos tíos tan majos que se preocupan de que la publicidad sea sana y veraz.
Se están cubriendo de gloria; eso sí, a costa de nuestros bolsillos. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa?
martes, 3 de agosto de 2010
#2 Tortellini en crema con pollo y jamón.
Como esta semana tengo lío en casa, la receta de hoy es un plato contundente de pasta de esos que podéis meter en la nevera o incluso congelar y así os olvidais cocinar en tres o cuatro días. Con el ojo puesto en el monedero, que estamos en tiempos de crisis y hay que ahorrar, nada mejor que cocinar una buena cantidad para sacarle jugo a todos los ingredientes (y, como ya os decía, quitarnos de tener que volver a hacer el almuerzo durante unos díitas, que tampoco viene mal del todo).
Así que al lío:
Así que al lío:
Tortellini al horno en crema con pollo y jamón.
Complejidad: 6/10
Tiempo: 35-40min.
Autor: Rafa
Como os decía, la idea de este plato es que salga abundante para que sea rentable. No es la receta más adecuada para el verano, pero aprovechando el frente frío que dicen que viene del norte le podéis dar una prueba. Además, fría está deliciosa.
Ingredientes: (6-8 personas. Plato único)
-3 paquetes de tortellini de sabores variados (yo utilizo uno de carne, otro de quesos y otro de espinacas y ricotta)
-150grs. de jamón picado.
-Dos pechugas de pollo sin filetear.
-Queso gouda (unas seis lonchas finas)
-Queso mozzarella en lonchas (unas diez lonchas finas)
-Queso parmesano o grana padano (un puñado)
-Tomate tamizado o tomate frito.
Para la crema:
-Media cebolla pequeña.
-Una cucharada de mantequilla.
-400 mg. de crema agria (es difícil de encontrar, lo mejor es usar la nata fresca de tarrina del mercadona, que tiene el mismo sabor agri-picante. Otra opción es usar nata normal y echarle un yoghurt natural graso, o usar directamente una tarrina de queso crema y medio litro de leche).
-100-150grs. de queso gorgonzola dulce.
-Un diente ajo.
-Medio vaso pequeño de vino blanco o un cuarto de vaso de tamaño normal. 50-100 ml. más o menos, para entendernos.
-Medio limón.
-Medio vaso de leche (125 ml. más o menos)
-Un puñado de perejil.
-Orégano.
-Una pizca de sal.
Preparación:
Paso 1: La Crema.
-En una olla mediana A FUEGO LENTO echamos la cucharada de mantequilla, un puñado de orégano para que se tueste y la cebolla cortada en dados lo más pequeños posibles (he puesto media, pero con un cuarto es suficiente). Le echamos un puñado pequeño de sal, lo justo para ayudar a que se poche, y lo dejamos un rato a fuego lento hasta que la cebolla se ponga transparente.
-Una vez trasparente la cebolla, le echamos un buen puñado de perejil picado y el vino blanco. Atentos, porque el olor que pilla la cocina en este momento es acojonante. Entran ganas de echarle unas almejas a la olla y dejarnos de chorradas, pero no liemos las recetas. Dejad las almejas para otro día y seguimos "pa alante".
-Esperamos a que la mantequilla y el vino liguen, convirtiéndose en una deliciosa salsa de aspecto blanquecino, y echamos el queso gorgonzola en trocitos. Lo removemos un poco y echamos la crema agria (si habéis optado por el yoghurt o el queso crema, haced lo mismo).
-Removemos un rato a fuego lento.
-Cuando la crema empiece a coger cuerpo (los ingredientes bien meclados) le echamos la leche. Medio vasito si hemos optado por la crema agria y un vaso y medio si hemos optado por el yoghurt o el queso crema.
-Apagamos el fuego y echamos el jugo de medio limón a temperatura ambiente. Seguimos removiendo hasta que esté todo perfectamente mezclado. Probamos la mezcla con el dedo, por si hubiera que rectificar algo del sabor. La idea es que esté ácido y un poco picante, como un satsiki griego. No os preocupéis si no está salado, de hecho no debe estarlo pues luego el jamón le va a dar ese punto de sal.
Dejamos la salsa a un lado y seguimos con el plato.
Paso 2: La pasta.
Como os he dicho, yo he utilizado tres tipos diferentes de tortellini seco para darle variedad, pero podéis usar el mismo tipo de tortellini, unos raviolli o incluso otro tipo de pasta no rellena, si lo preferís, aunque en ese caso es interesante que sea una pasta hueca o en espiral para que absorva bien la gracia de la salsita. También podéis usar pasta fresca, claro, pero a no ser que la hagáis vosotros mismos os váis a gastar un dinero sin motivo (algún día tengo que quedar con Danny para hacer pasta casera... Os tendré informados).
-Al lío: una vez elegida la pasta cocedla según las instruciones del fabricante. Aseguráos de dejarlo al dente pues luego ira al horno. Una vez cocida la pasta escurridla bien en agua fría para que se corte en dos la cocción y consigamos así una textura mucho más interesante.
Paso 3: El pollo.
Se puede usar otro tipo de carne, claro, pero dado que este es un plato con un alto contenido en grasas es aconsejable usar pechuga de pollo o pavo, ya que son carnes bajas en contenido graso.
-Cortamos la pechuga en dados gruesos, como de un centimetro y medio de cada lado (más o menos, no me vayáis a sacar la cinta métrica, que los hay)
-Cogemos los dados y los pasamos por la plancha, sellándolos tan solo. La idea es marcarlos por los lados dejando la pechuga cruda por dentro, pues luego en el horno terminará de cocerse y así no quedará seca.
-Una vez marcados los sacamos de la plancha y los dejamos en un plato.
Paso 4: Al horno.
-Hecha la crema, la pasta y la pechuga, cogemos una bandeja bien grande de horno (sí, la mas grande que tengáis. Redonda, rectangular, de pirex, de barro... la que menos rabia os dé) y la untamos de mantequilla para que la pasta no se pegue y quede jugosa. Éste... ¿Untar es sin hache? me suena que sí...
-Encima de la bandeja vertemos la mitad de la pasta, previamente remojada en agua fría.
-Sobre la primera capa de pasta echamos cinco lonchas de mozzarella en trocitos. La mozzarella fresca mola mucho pero pierde muchísima agua al horno y queda... pocha. Mejor usarla en lonchas, aunque no sea tan cool.
-Sobre la mozzarella echamos los dados de pollo en una capa uniforme.
-Cubrimos con el resto de la pasta.
-Sobre la pasta echamos los taquitos de jamón serrano. No os preocupéis de que sea un buen jamón de jabugo ni ninguna de esas chorradas: Para cocinar, cuanto más joven y "malo" sea el jamón mejor pues nos quedará más suelto. Usad las tarrinas que venden en el super (una vez más, haciendo publi sin ver un duro, las del mercadona vienen de lujo y no trae huesos). Recordad que el jamón al meterse en el horno sala una barbaridad. Eso le va a dar el punto de sal perfecto a nuestra receta; hacedme caso, lo acabo de comprobar hace cosa de tres horas ^_^.
-Cubrimos el jamón, la pasta, el pollo y el queso con la crema que hemos hecho previamente. Hacedlo con un cucharón para aseguráos de que cubre toda la bandeja, y no os preocupéis si parece que no llega hasta abajo, que sí que lo hace.
-Encima de la salsa ponemos el resto del queso mozzarella y el gouda. Cubrimos con puré de tomate, tomate tamizado o tomate frito (sólo unos chorros, como adornando. Eso le va a dar un punto interesante de acidez a la capa superior, amén de regalarle color al plato)
-Terminamos espolvoreando con parmesano y echando unos pequeños puñados de orégano para darle aroma.
-Y listos. Lo metemos al horno precalentado a 200º. El tiempo tiene su intríngulis:
1- Si hacéis el plato en verano, habéis echado la pasta en caliente y el queso estaba blando, con que lo tengáis diez minutos a 200º listos. Esperad a que la capa superior esté levemente gratinada.
2- Si al contrario estamos en invierno, la pasta estaba fria y el queso está duro o recién salido del congelador, lo mejor es meterlo un cuarto de hora a 170º y luego cinco minutos a 240º para gratinar la parte superior.
-Acompañar de...
Esta receta está pensada como plato único, acompañado de unas hojas de lechuga y un par de tomates bien frescos es un menú estupendo para el mediodía, especialmente si por la tarde tenéis que realizar algún esfuerzo o tenéis trabajo. Como bebida para acompañar os recomiendo un lambrusco rosadito o una buena botella de tónica o de agua con gas.
De esta forma, la lechuga y el tomate se encargan de bloquear la asimilación excesiva de grasas, mientras las burbujas de la bebida (nada de referescos, por favor, que eso es asesino total) evitan que luego se nos repita la comida.
-Truco para recalentar:
Cuando saquéis la bandeja de la nevera (que ya os digo, frío está delicioso), tened en cuenta que los tiempos de horno cambian: Al estar fría, la pasta tendrá que calentarse unos veinte minutos a 180º y luego gratinad dos o tres minutos a 230.
-Alternativa comehierba.
Bueno, si no soís veganos puros y no os importa tomar queso, podéis cambiar el pollo y el jamón por tomate en trozos, calabaza y calabacín en trozos. Eso sí, recordad que en ese caso SÍ hay que echarle sal a la crema, lo cual hará que el sabor agrio de la salsa se reduzca en día posteriores.
-Momento ideal:
Uh... ¿Viendo una buena peli de Kurosawa? Diablos, ¿en qué estaba pensando cuando hice este apartado?
En fin... sólo queda que le echéis una prueba y me digáis qué os ha parecido. Os aseguro, en serio, que el resultado no os va a decepcionar.
Y mañana... ¡¡Gazpachito andaluz!!
lunes, 2 de agosto de 2010
1º.- Enrollados del Caos.
Y bueno, vamos para bingo.
Para la primera receta, por llamarla de alguna manera, he elegido la más sencilla de todas las cosas que solemos comer en verano, aunque también se trata del plato estrella de estos días: Los enrollados del caos. La receta nació hace un par de años de auténtica chiripa: Necesitaba hacer comida para un día de campo, era domingo y el pan se había echado a perder o se me había olvidado comprearlo o, lo más seguro, me lo había zampado la noche anterior con la borrachera. El caso es que sólo había tortillas de maiz, de esas que se usan para las fajitas mexicanas, y había que improvisar.
La cosa salió bien, y al final se convirtió en el plato estrella de la excursión. Luego, con el paso de los años, la desarrollé a saco con la ayuda de Danny (un argentino amante de la buena gastronomía y el B-24) y la receta final quedó más o menos como sigue. En resumen, un plato sencillo, con bastantes nutrientes, lleno de vitaminas e ideal para cuando llevéis a los críos a la piscina, vayáis de concierto o tengáis cervezada en la uni.
La receta, como podéis ver en la... ejem... foto (tengo que buscar el cargador de la cámara) no es más que un enrollado o wrap de salchicha con guarnición, aunque tiene su rollo. Vamos con los ingredientes:
Tortillas de maiz de las que usan para las fajitas (1 ó 2 x cabeza obvio)
Salchichas tipo frankfurt tamaño grande (1 por enrollado, sorprendente)
Ensalada de lechuga (¿un puñado?)
Tomate de ensalada o tipo cherry (según tamaño, claro)
Queso Gouda (una loncha por enrollado)
Queso parmesano o grana padano (un trozo para rayar o un sobre de unos 70 grs.)
Aceitunas (¿Una lata?)
Salsa a elección: barbacoa, mostaza dulce, tártara, satsiki...
Para la cocción de las salchichas:
vino blanco
aceite
ajo
orégano
salsa de soja
Obvio, ¿no? Pues vamos por partes.
Paso 1: Las salchichas
Lo primero son las salchichas. Lo mejor es comprar una salchicha empaquetada que sea de calidad. Soy un defensor de las salchichas de carnicería, pero para este plato pierden demasiado agua y hacen que la tortilla se desmenuce. Pues eso, sin sacar pelas por la publi, las mejores a mi gusto son las Oscar Mayer Jumbo, aunque Danny prefiere las del Mercadona, cuestión de gustos.
Una vez hayamos optado por una u otra marca, echamos en una bandeja de horno un chorro de aceite (no, no hace falta que sea de oliva, yo utilizo el de girasol, que me resulta menos pesado. ¿sorprendente? tal vez) un chorro de vino blanco, un par de ajos machacados (no hace falta quitarle el "papelito") el orégano y la salsa de soja (un par de chorritos cortos, como una cucharada de café más o menos). También vale salsa de ostras (sólo una gota) o una pastilla de caldo. Removedlo todo y probad con el dedo para ver si hace falta sal.
Una vez hecha la mezcla empapad bien las salchichas y metedlas unos cinco minutos al horno a unos 170º más o menos. El truco está en que se hinchen un poco sin llegar a endurecerse. estad atentos por si acaso, pero con cinco minutos debería estar listo.
Una vez hechas las salchichas las sacamos del horno, la remojamos de nuevo en el aliño y dejamos que se enfríen a temperatura ambiente en la propia bandeja.
Paso 2: Ensalada.
Podéis complicaros la vida y hacer vuestra propia ensalada con varias lechugas o pillar directamente una ensalada de bolsa. personalmente estoy enamorado de las bolsas, pero las de calidad. Las que traen rúcula, canónigos y mostaza roja son una opción excelente, aunque podéis optar también por una batavia con raddiccio o endivias con algo dulce como la espinaca. Cuestión de gustos.
Sea como sea, mezclad bien las hojas y mojadlas un poco para que crujan. Nada de echarle aceite, que si no la tortilla se desmenuzará y el resultado será demasiado grasiento.
Paso 3: el enrollado
Al lío, camarada, esto tiene menos ciencia que una facultad de filosofía y letras. Una vez tengamos hechas las salchichas y la ensalada, ya sólo nos queda montar el enrollado y prepararlo para comer.
En un plato llano colocamos una tortilla de maiz, le echamos encima un poco de la salsa de nuestra elección (a mí, personalmente, me gusta con salsa barbacoa y un poco de mostaza dulce) tan sólo una línea, como si estuvieramos pintando un palote en medio de la torta.
Encima de la salsa colocamos una loncha de gouda cortada en dos para cubrir toda la salsa, y sobre el queso echamos un puñado de orégano.
Una vez puesta la salsa y el queso cogemos un puñado de ensalada y lo amontonamos en hilera, como si estuviéramos haciendo sushi. Acordaos de no poner demasiado, pero tampoco seáis parcos. La verdura es buena.
Encima de la ensalada ponemos algunos tomates cherry cortados por la mitad o tomate de ensalada cortado en lonchas finas. Recordad que hay que enrollarlo, así que hacedlo de forma que el tomate quepa sin problemas.
Finalmente ponemos la salchicha y regamos todo con el queso parmesano, lo enrollamos con cuidado, presionando fuerte, y lo envolvemos rápidamente.
Y vale, sí, no me he complicado demasiado la vida: Listo y finiquitado, preparado para llevarlo al campo, a la piscina o a la playa.
Espero que os guste esta alternativa al bocata de filete de toda la vida.
Trucos:
-Envolvedlo en papel albal en vez de en plástico: Aguanta mejor y resulta más facil de comer.
-Enrolladlo con fuerza y sobre el papel del envoltorio, os resultará mucho más fácil.
-No olvidéis llevar servilletas: Manchan. Mucho.
-Una vez hechos, podéis calentarlos un poco en una sandwichera o una plancha. la tortilla queda más crujiente y el resultado es bastante bueno, aunque cuidado con el queso.
Alternativa Comehierba:
Por supuesto, para los amantes de lo verde, hay una alternativa vegetariana a este entrollado. El truco consiste en... ¿preparados? sacar la salchicha y el queso e intercambiarlos por ingredientes como el aguacate y el pimiento asado rojo. Una alternativa fresca y deliciosa para los que no quieran papear carne.
Momentos ideales:
Esta receta está pensada, como ya os he dicho, para aquellos días que tengáis que llevaros la comida fuera: piscina, playa, montaña... ¡¡Por Dios no se os ocurra ponerla como plato de un menú en casa si no queréis morir asesinados por los invitados!! Aunque eso sí, son estupendos como aperitivos para ir al cine o para ver una peli en el salón.
Para la primera receta, por llamarla de alguna manera, he elegido la más sencilla de todas las cosas que solemos comer en verano, aunque también se trata del plato estrella de estos días: Los enrollados del caos. La receta nació hace un par de años de auténtica chiripa: Necesitaba hacer comida para un día de campo, era domingo y el pan se había echado a perder o se me había olvidado comprearlo o, lo más seguro, me lo había zampado la noche anterior con la borrachera. El caso es que sólo había tortillas de maiz, de esas que se usan para las fajitas mexicanas, y había que improvisar.
La cosa salió bien, y al final se convirtió en el plato estrella de la excursión. Luego, con el paso de los años, la desarrollé a saco con la ayuda de Danny (un argentino amante de la buena gastronomía y el B-24) y la receta final quedó más o menos como sigue. En resumen, un plato sencillo, con bastantes nutrientes, lleno de vitaminas e ideal para cuando llevéis a los críos a la piscina, vayáis de concierto o tengáis cervezada en la uni.
Enrollados del Caos
Complejidad: 3/10
Tiempo: 15-20 min (horno)
5 min. (microh.)
Autor: Danny y Rafa
La receta, como podéis ver en la... ejem... foto (tengo que buscar el cargador de la cámara) no es más que un enrollado o wrap de salchicha con guarnición, aunque tiene su rollo. Vamos con los ingredientes:
Tortillas de maiz de las que usan para las fajitas (1 ó 2 x cabeza obvio)
Salchichas tipo frankfurt tamaño grande (1 por enrollado, sorprendente)
Ensalada de lechuga (¿un puñado?)
Tomate de ensalada o tipo cherry (según tamaño, claro)
Queso Gouda (una loncha por enrollado)
Queso parmesano o grana padano (un trozo para rayar o un sobre de unos 70 grs.)
Aceitunas (¿Una lata?)
Salsa a elección: barbacoa, mostaza dulce, tártara, satsiki...
Para la cocción de las salchichas:
vino blanco
aceite
ajo
orégano
salsa de soja
Obvio, ¿no? Pues vamos por partes.
Paso 1: Las salchichas
Lo primero son las salchichas. Lo mejor es comprar una salchicha empaquetada que sea de calidad. Soy un defensor de las salchichas de carnicería, pero para este plato pierden demasiado agua y hacen que la tortilla se desmenuce. Pues eso, sin sacar pelas por la publi, las mejores a mi gusto son las Oscar Mayer Jumbo, aunque Danny prefiere las del Mercadona, cuestión de gustos.
Una vez hayamos optado por una u otra marca, echamos en una bandeja de horno un chorro de aceite (no, no hace falta que sea de oliva, yo utilizo el de girasol, que me resulta menos pesado. ¿sorprendente? tal vez) un chorro de vino blanco, un par de ajos machacados (no hace falta quitarle el "papelito") el orégano y la salsa de soja (un par de chorritos cortos, como una cucharada de café más o menos). También vale salsa de ostras (sólo una gota) o una pastilla de caldo. Removedlo todo y probad con el dedo para ver si hace falta sal.
Una vez hecha la mezcla empapad bien las salchichas y metedlas unos cinco minutos al horno a unos 170º más o menos. El truco está en que se hinchen un poco sin llegar a endurecerse. estad atentos por si acaso, pero con cinco minutos debería estar listo.
Una vez hechas las salchichas las sacamos del horno, la remojamos de nuevo en el aliño y dejamos que se enfríen a temperatura ambiente en la propia bandeja.
Paso 2: Ensalada.
Podéis complicaros la vida y hacer vuestra propia ensalada con varias lechugas o pillar directamente una ensalada de bolsa. personalmente estoy enamorado de las bolsas, pero las de calidad. Las que traen rúcula, canónigos y mostaza roja son una opción excelente, aunque podéis optar también por una batavia con raddiccio o endivias con algo dulce como la espinaca. Cuestión de gustos.
Sea como sea, mezclad bien las hojas y mojadlas un poco para que crujan. Nada de echarle aceite, que si no la tortilla se desmenuzará y el resultado será demasiado grasiento.
Paso 3: el enrollado
Al lío, camarada, esto tiene menos ciencia que una facultad de filosofía y letras. Una vez tengamos hechas las salchichas y la ensalada, ya sólo nos queda montar el enrollado y prepararlo para comer.
En un plato llano colocamos una tortilla de maiz, le echamos encima un poco de la salsa de nuestra elección (a mí, personalmente, me gusta con salsa barbacoa y un poco de mostaza dulce) tan sólo una línea, como si estuvieramos pintando un palote en medio de la torta.
Encima de la salsa colocamos una loncha de gouda cortada en dos para cubrir toda la salsa, y sobre el queso echamos un puñado de orégano.
Una vez puesta la salsa y el queso cogemos un puñado de ensalada y lo amontonamos en hilera, como si estuviéramos haciendo sushi. Acordaos de no poner demasiado, pero tampoco seáis parcos. La verdura es buena.
Encima de la ensalada ponemos algunos tomates cherry cortados por la mitad o tomate de ensalada cortado en lonchas finas. Recordad que hay que enrollarlo, así que hacedlo de forma que el tomate quepa sin problemas.
Finalmente ponemos la salchicha y regamos todo con el queso parmesano, lo enrollamos con cuidado, presionando fuerte, y lo envolvemos rápidamente.
Y vale, sí, no me he complicado demasiado la vida: Listo y finiquitado, preparado para llevarlo al campo, a la piscina o a la playa.
Espero que os guste esta alternativa al bocata de filete de toda la vida.
Trucos:
-Envolvedlo en papel albal en vez de en plástico: Aguanta mejor y resulta más facil de comer.
-Enrolladlo con fuerza y sobre el papel del envoltorio, os resultará mucho más fácil.
-No olvidéis llevar servilletas: Manchan. Mucho.
-Una vez hechos, podéis calentarlos un poco en una sandwichera o una plancha. la tortilla queda más crujiente y el resultado es bastante bueno, aunque cuidado con el queso.
Alternativa Comehierba:
Por supuesto, para los amantes de lo verde, hay una alternativa vegetariana a este entrollado. El truco consiste en... ¿preparados? sacar la salchicha y el queso e intercambiarlos por ingredientes como el aguacate y el pimiento asado rojo. Una alternativa fresca y deliciosa para los que no quieran papear carne.
Momentos ideales:
Esta receta está pensada, como ya os he dicho, para aquellos días que tengáis que llevaros la comida fuera: piscina, playa, montaña... ¡¡Por Dios no se os ocurra ponerla como plato de un menú en casa si no queréis morir asesinados por los invitados!! Aunque eso sí, son estupendos como aperitivos para ir al cine o para ver una peli en el salón.
¿Otro blog de cocina?
Hola, mi nombre es Rafa, tengo 32 años y soy...
..este...
soy...
snif, glup...
soy... "amo de casa".
(Espero que me estéis dando un abrazo colectivo, tíos, me hace falta).
Todo empezó un día de verano hace tres o cuatro años (soy malísimo para las fechas). Por aquel entonces llevaba tres años viviendo en pecado con mi mujer; ya sabéis, la mala vida: comida precocinada, tapas gordas en las terracitas, pizzas congeladas, comida china... Nuestra despensa parecía una biblioteca, había más folletos de comida a domicilio que ingredientes. Bueno, ingredientes... Creo que por aquel entonces lo único que había en la alacena era café, azúcar, colacao y una lata de espárragos de la cesta de navidad del curro. Ah, sí, y una lata de anchóas de las buenas, de las que nunca te atreves a abrir por aquello de que, total, tardan un huevo en caducar... y al final descubres que no sólo ha caducado, sino que los ingredientes vienen en castellano antiguo y ese tipo en concreto de anchoa se extinguió hace varias décadas.
Real como la vida, así eramos, más o menos. Os haréis una idea.
Un buen día, sin embargo, después de relegarme a trabajar en casa y dejar que mi mujer fuera de caza para proveernos de carne y cosas bonitas, decidí que había llegado el momento de hacer algo al respecto. Tenía que aprender a cocinar, y tenía que ser ya. Recurrí así a lo que a los tíos machotes y aguerridos denominamos "telefonear a mamá".
La primera receta fue sencilla: mejillones al vapor. Todo un éxito. Mi mujer me miró con lágrimas en los ojos, de pura felicidad, y reconozco que me sentí un poco raro cuando esa noche saqué la basura: No había ni un paquete de precocinado, ningún envase de PVC, nada de conservantes ni colorantes... Joer, me sentí más enrollao con el planeta que la ecoligera de Daniel.
Y llegó así la época de "canal cocina" internet y las recetas de los periódicos.
Varios experimentos, algún que otro éxito y una gastroenteritis aguda más tarde (no cocinéis demasiado al microndas. En serio, tíos, no mola) me di cuenta de que el mundo estaba un poco al revés: quitando al bueno de Jamie Oliver, ago así como el Musahi de la gastronomía, el resto de programas resultaban... absurdos.
Si eran de cocina casera y de calidad, iban dirigidos siempre a las amas de casa. los programas dirigidos a los hombres, sin embargo, estaban llenos de términos como brunoise (que es cortar las verduras en dados, de toda la vida, pero así suena más guay) confitado (en aceite a fuego lentismo) descamado (cortado en cachitos finos) destructuración (lo que viene siendo poner cada ingrediente por un lado, un gran descubrimiento) y un largo etcétera.
Pronto me quedó claro que los programas y recetas orientados a un público masculino tenían un claro objetivo: los solterones que tratan de ir de modernos y cocinitas para pillar cacho. Si quería aprender a cocinar, a cocinar comida de verdad y no esos platos disfrazados de los que ya hablaba Voltaire en sus tiempos, sólo me quedaban Jaimie Oliver... y los programas para mujeres. No era una mala opción, pero entre nosotros... empezaba a sentirme demasiado sintonizado con mi lado femenino. Dios santo, puñetera manía de los artistas culinarios de hablar a las esforzadas amas de casa. ¿Y qué pasa? ¿Que no hay amos de casa? Pues sí, y somos muchos.
Orgullo marujo, tíos, orgullo marujo.
Así que después de tres años peleándome con los fogones, completando mi formación con grandes amigos que comparten mis inquietudes y perfeccionando recetas con la ayuda de estos amigos, he decidido crear este blog para seguir compartiendo nuestras experiencias con todos aquellos que queráis participar, sin importar el dibujito que hay en la puerta del baño público al que van cuando están de bares; aunque eso sí, con especial atención a esos estudiantes que empiezan a vivir solos, a esos amos de casa que se enfrentan por primera vez a una cocina sin la ayuda de mamá y a todos (y todas, sí, y todas) los que desean probar algo diferente.
Espero que me ayudéis en este camino y que disfrutéis de las chorradas y los consejos culinarios de esta página.
Y recordad, yo también soy un novato, tratadme bien.
Y bueno... pasad, pasad, estáis en vuestra casa.
..este...
soy...
snif, glup...
soy... "amo de casa".
(Espero que me estéis dando un abrazo colectivo, tíos, me hace falta).
Todo empezó un día de verano hace tres o cuatro años (soy malísimo para las fechas). Por aquel entonces llevaba tres años viviendo en pecado con mi mujer; ya sabéis, la mala vida: comida precocinada, tapas gordas en las terracitas, pizzas congeladas, comida china... Nuestra despensa parecía una biblioteca, había más folletos de comida a domicilio que ingredientes. Bueno, ingredientes... Creo que por aquel entonces lo único que había en la alacena era café, azúcar, colacao y una lata de espárragos de la cesta de navidad del curro. Ah, sí, y una lata de anchóas de las buenas, de las que nunca te atreves a abrir por aquello de que, total, tardan un huevo en caducar... y al final descubres que no sólo ha caducado, sino que los ingredientes vienen en castellano antiguo y ese tipo en concreto de anchoa se extinguió hace varias décadas.
Real como la vida, así eramos, más o menos. Os haréis una idea.
Un buen día, sin embargo, después de relegarme a trabajar en casa y dejar que mi mujer fuera de caza para proveernos de carne y cosas bonitas, decidí que había llegado el momento de hacer algo al respecto. Tenía que aprender a cocinar, y tenía que ser ya. Recurrí así a lo que a los tíos machotes y aguerridos denominamos "telefonear a mamá".
La primera receta fue sencilla: mejillones al vapor. Todo un éxito. Mi mujer me miró con lágrimas en los ojos, de pura felicidad, y reconozco que me sentí un poco raro cuando esa noche saqué la basura: No había ni un paquete de precocinado, ningún envase de PVC, nada de conservantes ni colorantes... Joer, me sentí más enrollao con el planeta que la ecoligera de Daniel.
Y llegó así la época de "canal cocina" internet y las recetas de los periódicos.
Varios experimentos, algún que otro éxito y una gastroenteritis aguda más tarde (no cocinéis demasiado al microndas. En serio, tíos, no mola) me di cuenta de que el mundo estaba un poco al revés: quitando al bueno de Jamie Oliver, ago así como el Musahi de la gastronomía, el resto de programas resultaban... absurdos.
Si eran de cocina casera y de calidad, iban dirigidos siempre a las amas de casa. los programas dirigidos a los hombres, sin embargo, estaban llenos de términos como brunoise (que es cortar las verduras en dados, de toda la vida, pero así suena más guay) confitado (en aceite a fuego lentismo) descamado (cortado en cachitos finos) destructuración (lo que viene siendo poner cada ingrediente por un lado, un gran descubrimiento) y un largo etcétera.
Pronto me quedó claro que los programas y recetas orientados a un público masculino tenían un claro objetivo: los solterones que tratan de ir de modernos y cocinitas para pillar cacho. Si quería aprender a cocinar, a cocinar comida de verdad y no esos platos disfrazados de los que ya hablaba Voltaire en sus tiempos, sólo me quedaban Jaimie Oliver... y los programas para mujeres. No era una mala opción, pero entre nosotros... empezaba a sentirme demasiado sintonizado con mi lado femenino. Dios santo, puñetera manía de los artistas culinarios de hablar a las esforzadas amas de casa. ¿Y qué pasa? ¿Que no hay amos de casa? Pues sí, y somos muchos.
Orgullo marujo, tíos, orgullo marujo.
Así que después de tres años peleándome con los fogones, completando mi formación con grandes amigos que comparten mis inquietudes y perfeccionando recetas con la ayuda de estos amigos, he decidido crear este blog para seguir compartiendo nuestras experiencias con todos aquellos que queráis participar, sin importar el dibujito que hay en la puerta del baño público al que van cuando están de bares; aunque eso sí, con especial atención a esos estudiantes que empiezan a vivir solos, a esos amos de casa que se enfrentan por primera vez a una cocina sin la ayuda de mamá y a todos (y todas, sí, y todas) los que desean probar algo diferente.
Espero que me ayudéis en este camino y que disfrutéis de las chorradas y los consejos culinarios de esta página.
Y recordad, yo también soy un novato, tratadme bien.
Y bueno... pasad, pasad, estáis en vuestra casa.
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